Pavo presenta Un Fuck Boy más y sacude la FILEY
Mérida, Yucatán.— La Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) fue testigo de uno de los momentos más esperados del evento: la presentación de Un fuckboy más. En un ambiente cálido pero lleno de interrogantes, el escritor Esteban «Pavo» Goff Peniche desplegó su estilo desenfadado y reflexivo.
El encuentro tuvo lugar el sábado 22 de marzo a las 10:15 de la mañana en el stand 116 del Ayuntamiento de Mérida. Goff no solo compartió extractos de su obra, sino también las motivaciones que lo llevaron a escribirla: una mezcla de incomodidad, ironía y la necesidad de hablar de lo que pocos se atreven desde una voz generacional auténtica.
Un fuckboy más no es una novela común. Se trata de una colección de cuentos que se entrelazan: la profunda desorientación de la juventud contemporánea. Los personajes —jóvenes de clase media y alta, muchos de ellos atrapados entre el cinismo y la búsqueda de sentido— cuestionan su lugar en el mundo. El título, tan directo, ya anticipa que no es un libro complaciente. En sus páginas, Goff disecciona el privilegio, la masculinidad rota, las crisis vocacionales y emocionales.
“Yo quiero que la gente joven lea y sienta que esto también les puede pasar a ellos. O que ya les pasó”, dijo el autor ante un público compuesto por jóvenes universitarios, lectores curiosos y algunos padres que buscaban comprender mejor el lenguaje de las nuevas generaciones.

Sus inicios
Pavo Goff no es nuevo en el mundo editorial, aunque sí es parte de una camada fresca que busca romper moldes. Nacido en Mérida en 1999, desde muy joven se ha interesado por narrar desde la perspectiva de quienes se sienten fuera de lugar. Su obra infantil Pompitón 1: El Escuadrón Kamikaze y la revancha del doctor Garnachas fue bien recibida. Pero Un fuckboy más marca un giro: ahora el autor se dirige al lector joven-adulto, con una propuesta más madura, ácida y profundamente crítica.
Su estilo es directo, con frases punzantes que retratan una generación que lo tiene todo, pero que aún así se siente vacía. “No sé si mis personajes buscan algo. Creo que más bien huyen de lo que no quieren ser. Aunque no tengan claro hacia dónde van”, confesó durante la presentación. La sinceridad con la que se dirigió al público generó una conexión inmediata: no había poses ni discursos prefabricados, sino la urgencia de alguien que quiere decir algo antes de que sea demasiado tarde.