El actor estadounidense Kevin Spacey, ganador de dos premios Óscar, ha afirmado en una reciente entrevista que actualmente no dispone de una vivienda fija y se encuentra viviendo temporalmente en hoteles y alojamientos de tipo Airbnb. Según declaró: “Vivo en hoteles, vivo en alojamientos de Airbnb, voy donde está el trabajo. Literalmente no tengo hogar, eso es lo que intento explicar”.
Spacey atribuye esta situación a las consecuencias económicas derivadas de años de procesos judiciales por acusaciones de agresión sexual que marcaron su carrera a partir de 2017. A pesar de que fue absuelto de los cargos presentados en Reino Unido en 2023, él mismo asegura que “los costes de estos últimos siete años han sido astronómicos. He tenido muy pocos ingresos y muchos gastos”.
Entre los efectos visibles de esta crisis personal y profesional se encuentra la venta de la casa que Spacey tenía en Baltimore, y el hecho de que sus pertenencias estén actualmente guardadas en un trastero mientras sigue trabajando donde puede. “Todo está guardado… espero que, si las cosas siguen mejorando, en algún momento pueda decidir dónde quiero volver a establecerme”, añadió el actor.
La trayectoria laboral de Spacey —que incluyó cintas como American Beauty y la serie House of Cards— se vio gravemente afectada cuando comenzaron las denuncias en su contra. Aunque legalmente fue exonerado, el impacto mediático y profesional sigue repercutiendo en su vida.
El actor, de 66?años, expresó que ahora está “yendo donde está el trabajo”, retomando una dinámica similar a la que tenía al inicio de su carrera. Esta nueva etapa plantea un giro notable respecto al estatus que alcanzó en décadas anteriores, cuando era una de las figuras más reconocidas de Hollywood.
El caso de Kevin?Spacey abre una reflexión sobre cómo los procesos judiciales, la crisis de reputación y la disminución de oportunidades laborales pueden afectar incluso a figuras de alto perfil en la industria del entretenimiento.
