¡Hola a todos!
Nosotras somos cuatro chicas belgas, estudiantes de intercambio aquí en Mérida, México. Queremos hablarles del Día de los Muertos, una de las celebraciones más importantes y más bonitas de la cultura mexicana. Nada nos había preparado para la intensidad de nuestra experiencia de intercambio en el Día de Muertos en México. Para las cuatro, era nuestra primera vez viviendo el famoso Día de los Muertos. Vamos a compartir la experiencia desde el punto de vista de foráneas que solo conocían esta fiesta a través de la película Coco. Además, también vamos a explicar las principales diferencias entre esta fiesta en México y en Bélgica.
La preparación del Día de los Muertos en México
Para empezar, el Día de los Muertos se celebra el 1 y 2 de noviembre, pero la preparación empieza mucho antes. En muchas ciudades, como Mérida, Puebla o la Ciudad de México, que hemos tenido la suerte de visitar durante este periodo, las calles se llenan de decoraciones. Asímismo, hay actividades especiales en las calles, como puestos de maquillaje para pintarse caras de catrinas. La experiencia de intercambio en el Día de Muertos nos permitió vivir la cultura mexicana desde adentro. La fiesta no es solo un día, es un ambiente completo que se siente en toda la ciudad, mismo semanas antes del día tanto esperado.
Las ofrendas: altares llenos de amor y simbolismo
Una de las tradiciones más importantes es la creación de los altares, llamados «ofrendas». Las familias colocan fotos de los difuntos, sus comidas favoritas, agua, velas, papel picado y flores de cempasúchil, que son de color naranja y representan la luz del sol. Según la tradición, estas flores ayudan a guiar a las almas que regresan del más allá para visitar a sus seres queridos. De hecho, Quisimos participar en la tradición mexicana y creamos nuestro altar en cas!

Los desfiles: una experiencia donde la vida vence a la muerte
Otra parte muy importante del Día de los Muertos son los desfiles. En muchas ciudades, la gente participa en grandes eventos con música, bailes, catrinas maquilladas y trajes tradicionales. Para nosotras, como extranjeras, los desfiles fueron algo impresionante: ver a tanta gente reunida, celebrando la vida de los que ya no están, fue una experiencia increíble. Gracias a nuestra experiencia de intercambio en el Día de Muertos, entendimos la importancia del color y la comunidad en esta tradición. Por exemplo, tuvimos la suerte de ver el Desfile de las Catrinas en la Ciudad de México y en Mérida. Además, asistimos al Paseo de las Ánimas, en Mérida, donde miles de personas caminan disfrazadas con velas, flores y rostros pintados. También, podiamos sentir que la cultura maya seguía muy presente en las celebraciones. Estábamos doblemente maravilladas, ya que era nuestra primera vez viviéndolo.


Los cementerios vivos en el Día de los Muertos
Además de los desfiles, muchas familias van al cementerio, pero de una manera que nos sorprendió mucho. En México, los cementerios se llenan de vida: hay música, comida, velas, flores y personas pasando horas cerca de las tumbas. Esta relación cercana con la muerte nos pareció algo muy característico de la cultura mexicana.

La Toussaint: la fiesta intíma en Bélgica
Ahora, si comparamos todo esto con Bélgica, las diferencias son enormes. En Bélgica, el 1 de noviembre es La Toussaint y el 2 de noviembre es el la Fête des Morts. La Toussaint es una celebración mucho más formal, silenciosa y religiosa. Las familias van al cementerio para poner flores y pasan un momento en silencio para recordar a los difuntos. No hay música, ni colores, ni desfiles, ni altares. Por lo tanto, la atmósfera es sobria y triste, porque tenemos más tendencia a llorar a los muertos que a celebrarlos. En cambio, durante La fête des morts (la fiesta de los muertos), generalmente no se hace nada especial. La mayoría de las familias visitan los cementerios el 1 de noviembre, en La Toussaint. El 2 de noviembre suele pasar sin celebraciones ni actividades particulares.

Dos visiones opuestas de la muerte
Una de las mayores diferencias, desde nuestro punto de vista como belgas, es la visión de la muerte. En Bélgica, la muerte suele ser un tema delicado, algo del que no se habla mucho y que se vive de manera más reservada. Cuando pensamos en la muerte, pensamos en algo triste. En México, en cambio, la muerte es vista como una continuación, una parte natural de la vida. El Día de Muertos no es un evento triste, sino una manera de celebrar la vida de quienes ya se fueron.
Un aprendizaje cultural y humano
Para nosotras, vivir esta celebración aquí en México ha sido una experiencia muy enriquecedora. Nos hizo entender que la forma de recordar a los muertos depende mucho de la cultura, de la historia y de la manera de ver el mundo.
Nos encantó ver cómo aquí se recuerda con colores, música y unión familiar. Y también valoramos la manera más tranquila y reflexiva de Bélgica. Al final, en ambos países el objetivo es el mismo: honrar a las personas que amamos, solo que se hace de formas muy distintas.
Hemos podido aprender mucho de la manera en que los mexicanos celebran la muerte. Nos dimos cuenta de la importancia de recordar y mantener vivos en nuestra memoria a los que se fueron. Así, guardamos eternamente un vínculo con ellos. Nos ayuda a transmitir sus valores y su historia a las próximas generaciones. Para nosotras, vivir esta experiencia de intercambio en el Día de Muertos fue algo único. Comprendimos, gracias al Día de Muertos, que la muerte no es un final, sino una manera diferente de seguir presente en la vida de quienes nos aman y recuerdan.
Una tradición que deja huella…
En conclusión, el Día de los Muertos en México es una mezcla única de tradición, arte, emoción y comunidad. Y justamente esta manera tan especial de celebrar la memoria de los difuntos es algo que llevaremos con nosotras cuando regresemos a Bélgica.
Creditos
Lucie y Solène: video
Lina y Romane: nota
Credito fotos: google images