La Coordinación Estatal de Protección Civil informó que los sismos registrados en la entidad son leves, asociados a fallas locales y sin impacto en la infraestructura ni en la seguridad de la ciudadanía.
El Gobierno del Estado, a través de la Coordinación Estatal de Protección Civil (Procivy), confirmó que los sismos de baja intensidad registrados en los últimos días en Yucatán no representan riesgo para la población ni para la infraestructura, y que hasta el momento no se han reportado daños en los municipios donde fueron perceptibles los movimientos.
Procivy detalló que entre estos eventos se encuentran tres sismos registrados el viernes 5 de diciembre: uno de magnitud 4.1, localizado a 16 kilómetros al noreste de Ticul y perceptible a las 23:38 horas; así como dos sismos de magnitud 3.5 y 3.7, ocurridos a las 3:44 y 3:46 horas, respectivamente, con epicentro a 17 kilómetros al sur de Muna. Todos fueron clasificados como movimientos leves.
El titular de Procivy, Hernán Hernández Rodríguez, explicó que México es un país altamente sísmico por su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde interactúan diversas placas tectónicas.
No obstante, precisó que la Península de Yucatán se encuentra alejada de esta zona de alta actividad y se asienta sobre una plataforma carbonatada estable, formada por roca caliza. Esto hace que los eventos registrados en la región sean de baja intensidad y sin riesgo para la infraestructura ni la población.
Indicó que la región donde con mayor frecuencia pueden percibirse estos movimientos es el cono sur del estado, por su cercanía relativa a zonas de interacción tectónica. A diferencia de entidades como Guerrero, Oaxaca o Chiapas, en Yucatán no convergen placas tectónicas que generen liberaciones de energía de gran magnitud.
De acuerdo con los registros instrumentales disponibles, entre 1900 y 2025 se han documentado al menos 84 sismos en la región de la Península de Yucatán (Campeche, Yucatán y Quintana Roo). El de mayor magnitud en tierra alcanzó 4.6 grados, registrado el 10 de junio de 2002, a 60 kilómetros al sur de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.
De esos 84 eventos, 10 tuvieron su epicentro en territorio yucateco, tanto en tierra como mar adentro. El de mayor magnitud también fue de 4.6, ocurrido el 24 de julio de 1978 a 417 kilómetros al norte de Progreso, a una profundidad de 5 kilómetros.
Hernández Rodríguez señaló que, aunque Yucatán presenta una muy baja frecuencia sísmica, es importante recordar que todo el mundo está expuesto a movimientos telúricos, aunque no en todas las regiones la actividad sea igual.
Explicó que los sismos recientes se asociaron a la llamada Falla de Ticul, una escarpa de aproximadamente 100 kilómetros de longitud, con rumbo oeste-noroeste. En la Península se reconocen dos sistemas de fallas geológicas normales relevantes: la Falla de Ticul y la Falla Campeche–Hecelchakán; por su profundidad, frecuencia y localización, los eventos registrados pueden vincularse a estas estructuras.
Procivy recordó que la alerta sísmica solo se activa bajo ciertos parámetros:
- Magnitud superior a 5 con epicentro a menos de 170 km,
- Superior a 5.5 si está a menos de 350 km,
- Superior a 6 si supera los 350 km de distancia.
Es decir, la activación no depende únicamente de la magnitud, sino también de la distancia al epicentro, condición que no se presentó en los sismos registrados en Yucatán.
Finalmente, el organismo reiteró que mantiene monitoreo permanente de la actividad sísmica y exhortó a la población a informarse únicamente por los canales oficiales del Gobierno del Estado y de Procivy.