La tradición de comer 12 uvas, una por cada último segundo del año que concluye, no es algo nuevo. Aunque mucha gente lo ignore, el origen de esta práctica se remonta al siglo XIX en España.
Aunque existen varias versiones, pero una de las más populares es que inicia como una clase de burla hacia la sociedad burguesa española.
De hecho, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen “Uva Embolsada del Vinalopó” compartió a la agencia de noticias EFE en el año 2012 que, en efecto, esta práctica tiene un origen satírico.
José Bernabéu, presidente de dicha institución, declaró que, a finales del siglo XIX, la alta sociedad española, imitando a los franceses, realizaban algunas reuniones privadas para celebrar la llegada de un nuevo año.
En estos encuentros, los asistentes solían beber champán y servir uvas como acompañante de la bebida.
Aunque la aristocracia lo disfrutaba, esta costumbre era ridícula a los ojos de las clases más bajas. Y este sentimiento se intensificó cuando el alcalde de Madrid promulgó una ley en 1882 que castigaba actividades indebidas durante las festividades decembrinas.
La nueva ley provocó un aún mayor descontento entre el pueblo, ya que la aristocracia no se veía afectada por la misma.
De esta forma, los madrileños optaron por salir a las calles a manifestarse, se postraron en las puertas de una muy grande plaza, la Puerta del Sol, y ahí con tono satírico se reunieron a comer uvas.
Es así como comienza la tradición que se ha extendido por todo España y algunos países de América Latina.
Fuente de información: EFE y RPP Noticias.
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