Según el Islam, Abraham el profeta se encontró alguna vez con Satanás y lo lapidó tres veces, pues así lo había aconsejado el Arcángel Gabriel. Los musulmanes, en su camino a La Meca, realizan un ritual llamado la Lapidación de Satanás en el que imitan a dicho profeta.
La Lapidación de Satanás de lleva a cabo cerca de La Meca, en una zona llamada Mina. Desde lo alto de un puente y vestidos de blanco (simbolizando la igualdad entre razas y clases musulmanas), los peregrinos tiran piedras y otros materiales duros a unas columnas que representan las tentaciones del diablo. Mientras lanzan las rocas, cantan en coro “Alá-u-Akbar” –“Dios es Grande”.
Luego de la lapidación, los creyentes giran alrededor de la “Kaaba” que es un edificio cuadrado cubierto por telas negras y doradas, y que acoge la Piedra Negra: pieza del paraíso.
El 12 de enero de 2006, muchos peregrinos descuidaron sus equipajes y al tratar de recogerlos del suelo, causaron una aglomeración al inicio del puente de Jamarat. Por interrumpir el camino, las personas que venían detrás tropezaban y así caían unos sobre otros hasta que la multitud se convirtió en una estampida que resultó con 364 muertes y más de 300 heridos.
La gente quedaba atrapada entre cadáveres y lamentos. Las autoridades comenzaron a apilar los cuerpos, pues eran muchas las víctimas del asfixio y aplastamiento. Para las miles y miles de personas que visitan La Meca, el puente Jamarat –con un ancho igual a ocho carriles de autos- no fue suficiente para escapar.
Otros accidentes similares han ocurrido: uno en 1990, otro en 2004 y el más reciente, con 700 muertos, en 2015. El gobierno reconoce que es un ritual peligroso, pero para los musulmanes, morir durante la peregrinación a La Meca, es un pase directo al paraíso.
Fuentes: lavanguardia.com, internacional.elpais.com,