En la primera Semana Santa que oficia el papa Francisco, miles de visitantes llegaron a Roma para presenciar el acto y los ritos. La ocupación hotelera se mantuvo al 83%, mayormente de fieles provenientes de Latinoamérica y Estados Unidos, todos atraídos por la imagen del Pontífice Jorge Bergoglio.
“Tradicionalmente la Semana Santa romana atrae mucho turismo pero este año se ha notado un incremento importante sobre todo en sus días centrales, a pesar del mal tiempo, algo que por supuesto se debe al contexto excepcional que ha vivido Roma en las últimas semanas y la elección del nuevo papa Francisco”, explicó Giuseppe Roscioli, presidente de Faderalberhi.
No sólo su carisma es lo que atrae a los fieles sino también la muestras de austeridad que ha dado, sobre todo en el vestir. Durante su primera aparición pública, el pasado 13 de marzo, lució una larga sotana blanca de lana, un cinturón de seda cubierto de 33 botones cocidos a mano (número que evoca la edad de Cristo al morir) y sobre la cabeza un solideo de seda en lugar de la mitra dorada. Desechó la cruz pectoral de oro, la moceta de armiño roja y los tradicionales zapatos rojos que la casa Gammarelli había preparado para él.
En el tiempo que lleva como Pontífice decidió seguir utilizando sus vestimentas de Arzobispo y los discretos zapatos de goma.