En 2025, España vive la peor temporada de incendios forestales de su historia reciente, con cifras récord y una crisis medioambiental sin precedentes.

Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), ya se han quemado más de 380 mil hectáreas. Esto convierte el verano actual en el más destructivo desde 1994.
El incendio de Molezuelas de la Carballeda, en Zamora y León, ha sido el más extenso registrado hasta la fecha, con más de 37 000 hectáreas arrasadas.
En Galicia, el fuego de Larouco calcinó cerca de 30 000 hectáreas, convirtiéndose en el más devastador en esa comunidad. Además, los incendios de Chandrexa de Queixa y Oímbra ya figuran entre los más graves.
Incendios en España: el verano más destructivo
Las cifras superan ampliamente episodios previos. En 2022 se quemaron más de 306 mil hectáreas, mientras que en 1994 los incendios arrasaron 430 mil y causaron 33 muertes.
Este verano, la situación es aún peor. Más de 400 mil hectáreas calcinadas, al menos cuatro fallecidos y miles de evacuados confirman el impacto devastador.
Los expertos señalan varias causas: olas de calor prolongadas, falta de humedad, abandono rural y exceso de biomasa. Todo ello, sumado a condiciones meteorológicas extremas, ha generado incendios de “sexta generación”, mucho más agresivos.
La tragedia ha dejado al menos cuatro víctimas mortales, entre ellas bomberos y civiles. Además, miles de personas fueron evacuadas y numerosas infraestructuras resultaron dañadas.
El impacto ecológico y social es profundo. Los incendios no solo arrasan bosques, sino que también destruyen comunidades rurales y biodiversidad.
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