La formación ética y ciudadana en el entorno educativo universitario

La formación ética y ciudadana en el entorno educativo universitario

La Doctora Selene Corona Gutiérrez, compartió un artículo de opinión para El Altavoz, en el cual señaló:

Haga hombres quien quiera hacer pueblos, reza la frase de José Martí, misma que se mantiene vigente en la actualidad, sobre todo cuando la tarea del educador es contribuir a la formación de personas éticas, sensibles a las necesidades de su entorno y comprometidos con las decisiones de su país, ciudadanos responsables y participativos, mujeres y hombres que forjen una nación centrada en el interés y búsqueda del bien común.

Si bien, la tarea de la formación ética no corresponde únicamente al espacio educativo universitario y a sus educadores, cierto es, que constituye un pilar fundamental del desarrollo de los mismos toda vez que en este entorno se revelan los fundamentos axiológicos de los estudiantes, manifestados en sus conductas cotidianas.

Díaz Aguado y Medrano (1995) señalan que los valores morales tienen una dimensión ética, ya que son juicios prescriptivos acerca de lo bueno y lo malo, socialmente hablando. Por tanto el ámbito escolar es propicio para la reafirmación y delimitación de los parámetros éticos propios de la sociedad y cuya orientación recae en los contenidos que se imparten, no sólo en materias de corte ético diseñadas ex profeso sino transversalmente a través de todo el currículum, generando mediante este modelo una formación ética sólida que coadyuve al fortalecimiento de la conexión entre el mundo externo y el académico, que posibilite la construcción de ciudadanos interesados en elevar la calidad de vida de sus conciudadanos, respetuosos del medio ambiente, tomadores de decisiones justas, en un mundo donde la ciencia y la tecnología ocupan el papel prioritario sobre la persona humana.

Para J. Bruner (La cultura dell’educazione,1997) los valores son algo social y culturalmente construido. Por lo tanto, señala, las prácticas educativas, familiares, los medios de comunicación y el contexto socio político, junto con la educación ejercen un papel relevante.

Observamos que es necesario e indispensable involucrar a los centros educativos en la enseñanza de contenidos que ofrezcan y clarifiquen a los universitarios qué son los valores, qué hacer, cómo actuar, cómo identificar un dilema ético, por qué la dignidad humana debe estar por encima de cualquier interés económico, por qué priorizar un diálogo argumentado. Son tareas para la escuela, co- crear ciudadanos autónomos, interesados en la vida pública, solidarios, no sólo instrumentos de agentes externos sino constructores de su país y de la democracia.

Finalmente, en palabras de Malcom Forbes, si el propósito de la educación es reemplazar una mente vacía con una mente abierta, es responsabilidad de los educadores estar preparados, ser innovadores, estrechar los lazos con el entorno para acercar al estudiante a la realidad, fomentar el trabajo en equipo, transformar el proceso de enseñanza aprendizaje para que responda a las necesidades reales de la sociedad, incluir a la ética en la práctica diaria. Todos ellos, componentes indiscutibles para la consolidación del ciudadano ético en búsqueda de logros profesionales desde la integridad, la inclusión, la tolerancia y la diversidad, así como el respeto al medio ambiente, una persona capaz de actuar firme y coherentemente cuando encare un panorama que condicione sus valores y lo conduzcan a una posición comprometida, no olvidemos que el desarrollo de la persona es el desarrollo de la humanidad.

Referencias:

Bruner J (1997) La cultura dell´educazione. Traductora: Cornalba L. Feltrinelli,Italia.

Díaz Aguado M, Medrano C. (1995) Educación moral desde la perspectiva constructivista, Bilbao

Share

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *