POR CARLOS CAMBRA SALVADOR
Pocas veces en el fútbol se dan acontecimientos como los ocurridos hace unos días en el estadio Camp Nou. El futbolista argentino Leo Messi ocupa hoy portadas y alabanzas de diarios deportivos de todo el mundo. Los calificativos a la hazaña del crack criado en la Masía se acaban tras su repóquer de goles.
Han leído bien, 5 veces perforó la portería del Bayern Leverkusen, subcampeón de la Bundesliga la temporada pasada. Es la primera vez en la historia de la Champions League (La competición por excelencia del viejo continente y por extensión del mundo del fútbol) que un futbolista logra marcar 5 goles en un sólo encuentro, y para añadir mayor mérito, en unos cruces de octavos de final.
Para Lionel los partidos de gala se convierten en amistosos, los defensas en conos estáticos a los que sólo tiene que gambetear con un sutil movimiento de tobillo, el resto, es Gol. Y los hace de todos los colores, de todas las formas. Metió dos de vaselina, uno con la izquierda y el segundo más increíble si cabe con un control espectacular a pase de 40 metros y una definición magistral con la diestra. Otro recortando varios jugadores dentro del área y dando un sutil pase a la red. El último de ellos un disparo ajustado al palo desde el borde de la media luna que hizo parecer al portero alemán un espantapájaros.
Pero el gol que define a Messi como deportista y no como el mejor jugador del mundo es uno mucho más sencillo. Su cuarto gol es propio de un chiquito de patio de colegio que vive por y para la pelota, acompañando la jugada hasta el final pensando que algo puede ocurrir para que el balón termine en sus pies. Ése es el verdadero Messi, el que sale del campo risueño y dando botes a la pelota del partido que se llevó a casa para añadir a su extensa colección. Ése mismo que está triste alejado del campo y que reparte alabanzas entre sus compañeros.
Plantean actuaciones como estas un debate mucho más largo y profundo.Ya nadie se atreve a dudar de que Messi es el mejor futbolista del mundo pero, ¿Estamos viendo al mejor de toda la historia del fútbol? Con 24 años ya nos hace plantearnos esa pregunta. Parafraseando a Queen: “Show must go on”. Ya habrá tiempo de ponerle un peldaño en el fútbol.
