Hay que risa, qué telenovela se vive en nuestra política y en especial en la vida de una persona. Sé que deberíamos estar en intercampaña, pero hace unos días salió en el periódico Reforma una nota en la cual se afirmaba que Enrique Peña Nieto, como una de sus propuestas, impulsaría telenovelas con contenido social para educar a la población mexicana de los problemas que nuestro país enfrenta y cómo solucionarlos.
Casi nunca suelo ser irónico con mis comentarios, pero esta nota me llegó al corazón; es lo más bello que este hombre ha dicho, ningún candidato se ha interesado en nuestro único escaparate a nuestra realidad (las telenovelas)…ya es pura ironía.
La verdad es que no es nada malo lo que dice, las telenovelas si educan y qué mejor forma de hacer las cosas de manera positiva, pero estas declaraciones si estuvieron fuera de lugar. Es como si un arquitecto hablara sobre cómo hacer una operación A corazón abierto (ahh…. esta es una telenovela, que casualidad); o en lugar de un psicólogo, un mercadólogo hablara sobre dónde el ser humano tiene un refugio para el amor (otra telenovela más). Además imagínese estar casado con una mujer que pertenece o perteneció al medio de la farándula (no es discriminación), las críticas en las redes sociales, que de por sí no le favorecen, le cayeron como gotas de un diluvio por tan desafortunado comentario.
Al fin y al cabo, a tan sólo unas horas de la publicación de la nota, representantes de este candidato salieron ha decir que esto era un comploj (me suena a AMLO) en contra de él y no faltaron personas que lo ligaran con una campaña sucia orquestada por Josefina Vázquez M. Otros, como Tv Azteca, ya le echaban la culpa de todo esto al periódico que miente y desinforma (todo esto como parte de la campaña de desprestigio al grupo Reforma).
El caso es que todo quedó en dimes y diretes y se armó una carambola de opiniones, que ni siquiera supimos si fue verdad o no esta nota. No estoy para saberlo ni mucho menos para contarlo, pero si en realidad fue cierto ¡cuidado!, no vaya ha ocurrir que en realidad gane este candidato y le ajuste a nuestra economía, como si fuera una telenovela para tener más rating,