Este 30 de marzo la gente de Gaza, como cada año salió a las calles a manifestarse en el llamado “Land Day” o Día de la Tierra, que conmemora las protestas de 1976 en el que la gente manifestó su inconformidad frente a un programa de expropiación de tierras palestinas por parte del gobierno de Israel como “medidas de seguridad”. Debido a esto se organizaron huelgas y marchas; los enfrentamientos entre la policía israelí y los inconformes dejaron como saldo 6 muertes de ciudadanos árabes y cientos más heridos y arrestados. La fecha fue marcada para ser conmemorada anualmente en todo Israel y sus fronteras después de los violentos eventos, y este año no fue la excepción, comenzando con las manifestaciones la tarde del viernes, con la concentración entre Bet Hanún y Bet Lahiyeh, en el norte, de decenas de miles de palestinos que celebraban el Día de la Tierra. Además de conmemorar el evento de 1976, el llamado también fue para exigir los derechos nacionales del pueblo palestino (en Israel), en la llamada “Marcha Mundial a Jerusalén”.
Varios manifestantes al llegar a uno de los pasos fronterizos comenzaron a intentar derribar alambrado aferrándose a él, por lo que los soldados israelíes abrieron fuego, en otros puntos de Israel, por motivos semejantes, los soldados también abrieron fuego contra los manifestantes (armas no letales) lo cual causó que cientos de ciudadanos palestinos resultaran heridos. En algunos enfrentamientos, la policía usó gas lacrimógeno, balas de hule y cañones de agua para dispersar a las multitudes y responder a las piedras lanzadas por inconformes, incluso hubo reportes de uso de municiones reales por parte de policías israelíes. Y se reportó la muerte de un joven palestino de 20 años que, según reportes, fue atropellado por un vehículo israelí, cuyo cuerpo fue trasladado un hospital local.
En Líbano se reportaron multitudes de miles de personas cerca de la frontera portando banderas de Palestina, Irán, Turquía, Indonesia y otras. Aunque el motivo es la inconformidad y el reclamo de tierras, estos eventos hacen más tensa las relaciones entre la comunidad musulmana y el estado de Israel, especialmente con éste al borde de un ataque militar a la nación de Irán para “prevenir” un posible ataque nuclear, sospecha de la cual hasta ahora no se ha dado evidencia alguna para que exista.