La mediocridad y sobre todo la decepción que ofrecieron los candidatos del PRI, PRD y PAN en el primer debate presidencial de esta contienda electoral es un hecho irrefutable para todo público. Enrique Peña Nieto se mostró como una fácil presa de provocaciones, Andrés Manuel López Obrador como un acusador carente de mencionar propuestas, Josefina Vázquez Mota fue una copia robotizada de sus spots publicitarios y finalmente estuvo el antes desaparecido de la sonda pública: Gabriel Quadri de la Torre. Para cualquier extranjero, ignorante del trasfondo político del país, el debate tuvo un sólo ganador por unanimidad: el candidato de Nueva Alianza; esta misma regla aplica a todo el sector votante (sobre todo los jóvenes) que haya presenciado el evento. Ofreció propuestas, contestó a las preguntas y planteó un proyecto de gobierno. Fue el mejor del debate, sin lugar a dudas. La realidad, sin embargo, es que existe un trasfondo político, existe una ideología y sobre todo esta ha forjado y pretende forjar la historia del país.
A principios de 2012, el PRI y Enrique Peña Nieto anunciaron el rompimiento de su coalición con la Mtra. Elba Esther Gordillo, Presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (el más grande en toda América Latina) y líder fundadora del Partido Nueva Alianza. Ante esta separación, el PANAL presentó a Quadri como su candidato a la presidencia de la república. Se le aclamó mediáticamente a Peña Nieto por este rompimiento, al mismo tiempo que Carlos Loret de Mola presentó el documental “De Panzaso”, en el que se acusaba al sindicato y a Elba Esther como principales culpables de la mala educación en México (este documental fue realizado en 2010, pero no circuló públicamente sino hasta que le beneficiara mediáticamente al PRI). Este supuesto rompimiento, es decir, el que el PANAL haya dejado de apoyar a Peña Nieto no se retrata en los resultados que ha provocado.
Durante el debate, a pesar de presentar varias propuestas, Gabriel Quadri atacó numerosas veces a Andrés Manuel López Obrador, candidato con el cual compite por los votantes indecisos a quienes no les convencen el PRI ni el PAN. Logró su cometido: en este momento las encuestas se están tornando numerosamente favorables hacia su persona, aunque lejos está de representar una verdadera fuerza electoral. Con Vázquez Mota perdiendo cada vez más arraigo, la contienda realmente se disputa entre Peña Nieto y AMLO, con el último creciendo considerablemente en semanas recientes. El candidato del PRD ofreció una pésima actuación. Él mismo señaló un mes antes que no se prepararía para el debate y que sus respuestas serían “las que le nacieran”. El resultado final fue un ataque hacia los demás candidatos (en especial a Peña Nieto) que lejos estuvo de explicar sus propuestas electorales (a pesar de haberlo hecho en varias entrevistas). “El Peje” en gran parte se mató solo, pero hubiera podido recoger sus monedas de no ser porque existe un Quadri de la Torre que estaba listo para atraparlas.
Gabriel Quadri es un académico preparado que sabe muy bien como debatir y exponer (es maestro), pero que lejos está de ser un intelectual revolucionario. Si tanto lució no fue por sí mismo sino por la incapacidad del resto de los contendientes. Se merecería la presidencia de no ser porque en realidad no busca ser presidente: es una magnífica máscara con excelente labia, pero no deja de ser eso. La realidad es que es miembro de un partido controlado desde su fundación por Elba Esther Gordillo; la realidad es que busca un 2% de los votos para mantenerse como tal; la realidad es que se está ganando a los votantes indecisos ignorantes de la realidad política; la realidad es que está perjudicando a Andrés Manuel y por ende beneficiando a Peña Nieto. El PANAL sólo se ha separado legalmente, pero sigue apoyando y colaborando con el PRI. Muchos lo ven como la mejor alternativa por el simple hecho de ser diplomático y saber hablar (cualidades, por supuesto importantes en un candidato, más no las más importantes); muchos consideran que es una víctima sin la culpa de tener detrás a “la Maestra”; muchos, sin embargo, olvidan que Quadri nunca ha ocupado un cargo público importante e ignoran que como presidente del Instituto Nacional de Ecología concedió permisos a RACT y CLEANMEX para construir un refinamiento de residuos peligrosos cerca de la Presa Trujillo en Tamaulipas, escándalo por el que tuvo que renunciar al puesto; muchos ignoran que milita en Nueva Alianza por decisión propia y que por la misma estuvo (pero al parecer, sigue) coludido con el PRI hace menos de 6 meses. Quadri puede parecerlo, pero de ninguna manera representa un cambio o una alternativa verdadera. Se hace llamar un ciudadano apolítico, aunque paradójicamente milita y es el candidato de un partido. ¿Cuál es su ideología? ¿Quiénes son sus aliados? Si fuera por conocimientos y capacidad de expresar ideas, cualquier maestro universitario o cualquier buen actor podrían pararse sobre el estrado, pero esto no basta para ser político y mucho menos para regir a un país. El debate lo gana Quadri, las elecciones Peña Nieto y el único perdedor es México. Esto es un complot.