La era del ¿rock?

La era del ¿rock?

Por: Juan Esteban Méndez Cervera

Con una interpretación de Paradise City a voz de Tom Cruise… así empieza este largometraje que le causó un dolor de cabeza a más de uno. Desde los primeros promocionales de esta película, los medios la posicionaban como “el evento musical del año” y al final fue una película más del montón con la cual disfrutar de tus palomitas favoritas.

El intento del realizador de recrear el musical de Broadway lo llevo al entusiasmo salvaje de contratar a actores con gran trascendencia en las pantallas (Tom Cruise, Alec Baldwin, Paul Giamatti, Catherine Zeta-Jones) para poder encarnar a la mayoría de su elenco y como cereza del pastel tomó la pésima decisión de poner como a la pareja protagonista a unos completos desconocidos en las pantallas de cine (Julianne Hough, Diego Boneta), logrando que ambas partes de veteranos y novatos se disputen durante todo el filme para ver quien logra atraer más la atención del público. Como era de esperarse, las mejores partes se las lleva Tom Cruise con la interpretación de Stacee Jaxx, dando como consecuencia una pirámide de talento en la cual Cruise queda en primera posición desplazando a los demás a un segundo, tercer e incluso a un cuarto plano. Tal es el caso del personaje de Catherine Zeta-Jones, que no le llega ni a los talones a su anterior interpretación en un musical (recordemos que fue Chicago que le valió a que se ganara el Oscar en el 2002). En cuanto a la pareja protaónica, ambos se ahogan en sus propias actuaciones haciendo el esfuerzo de parecer la tierna pareja cliché de este tipo de historias que repetidas veces aparecen en pantalla. Con base en la interpretación, se da sentado que Diego Boneta y Julianne Hough parecen actores wannabe intentando jugar a ser superestrellas de Hollywood.

Al final de todo, el único aspecto que podría rescatarse de la película seria la interpretación del repertorio de icónicas canciones de los 80’s, pero en el transcurso de cada una de ellas llegamos a ver una versión muy pop de estas canciones que originalmente nacieron para ser tocadas en el género del rock. Estas interpretaciones se explotan al máximo en pantalla durante la película, pero dejando como secuela un mínimo cuidado de detalles, mientras no hay una canción en escena creando un hueco argumental entre el transcurso de una tras otra, perdiendo todo el ritmo posible que debería tener un musical. A pesar de esto, Rock of Ages es como ver High School Musical con personajes más o menos maduros y con una ligera concepción de lo que fue la época del rock en los 80’s.

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