Por: Eliza Rodríguez Ramírez.
Hace varios días se suscitó otro accidente en la carretera que lleva hacia la Universidad Anáhuac Mayab. Digo otro porque sabemos que no es el primero y la verdad tampoco creo que sea el último: los jóvenes diariamente manejan por la carretera Mérida-Progreso a muy alta velocidad y, claro, las excusas que se pueden decir son muchísimas al llegar tarde a una clase, incluso el de atropellar a una vaca y no poder llegar a la primer hora; pero el motivo por el cual alguien choca relativamente es solamente uno: falta de precaución.
Es que llega a ser difícil el hecho de que un maestro simplemente te ponga falta por llegar cinco minutos tarde; siempre sobra el compañero que para su mala suerte, el día que tiene derecho a su última falta va con cierto tiempo de retraso, pero ¿qué pasa cuando esos cinco minutos que llegaste a tu salón son los mismos que pasaste esperando en la fila que se hace a la entrada de la Universidad? Algunos profesores entienden, algunos no y más allá de eso, quizá nosotros somos lo que no entendemos la importancia de manejar con cuidado y de no desobedecer los señalamientos.
No es necesario citar la cantidad de accidentes que han ocurrido en la carretera que diariamente conducen cientos de estudiantes. Lo que si es necesario es detenerse a pensar el tiempo que podemos ahorrar y los problemas que podemos evitar simplemente manejando adecuadamente.
La responsabilidad la adquirimos en el momento que ponemos nuestras manos al volante, y la madurez en el momento en que dejamos pasar a la persona que te rebasa en su coche a más de 100km/ hora, o cuando nos da igual que nos quieran hacer carreritas para ver quien llega más rápido.
Claro, que nadie piensa en las consecuencias de sus actos hasta que ocurren cosas de este tipo. Si bien, es preferible que nosotros mismos tomemos las medidas necesarias para evitar percances que continuar con acontecimientos desafortunados.