¿Exámenes?

En los pasillos se respiran nervios,estrés y más humo de cigarro; en la cafetería se agota el café, hay preguntas por doquier,  y las ojeras y los tics nerviosos se convierten en tarjeta de presentación. Así es: ¡Llegaron los exámenes!

Para la mayoría de los estudiantes esta época es como un monstruo que hay que vencer con angustia y cansancio. El mundo parece estar loco en estas fechas. Pero no es el mundo, eres tú. El problema no son los exámenes en sí, sino las pocas ganas de estudiar y el primer paso es reconocerlo. Es como cuando escuchas una canción de Lady Gaga, no quieres cantarla, pero lo haces. Esa es la razón por la cual al sentarte frente a los apuntes, se te ocurre limpiar tu cuarto, escribir tu biografía, proponer una nueva teoría de la evolución, etc, etc.

Estudiar no es fácil, por eso te ofrecemos unos consejos prácticos para llevar del mejor modo estas semanas:

1. ALIMENTACIÓN: Es importante no saltarse el desayuno. El cerebro absorbe hasta un 20% de las propiedades energéticas que consumimos en los alimentos y cuando se acude a clases con el estómago vacío, el rendimiento intelectual es menor y el cansancio mayor. Comer una barra de chocolate te puede ayudar a recuperar el desgaste energético durante el día. Si estás a dieta, una barra de granola o una manzana pueden ayudarte también.
2. SUEÑO: Está de más recordar lo importante que es descansar. Dormir al menos seis horas, dejar de estudiar media hora antes de acostarte, reducir el consumo de café y energizantes ayudan a la correcta recuperación de energía. La memoria y concentración funcionan mejor cuando el cuerpo está descansado.
3. LUGAR DE ESTUDIO: La capacidad de atención está influenciada por diferentes factores, entre los que se encuentra el ambiente de estudio. Arreglar un lugar para que esté ventilado, aislado de ruidos, que esté bien iluminado puede hacer la diferencia en tu rendimiento intelectual.
4. ALTERNAR CON DESCANSO: El cerebro deja de asimilar de forma productiva después de dos horas de estudio intenso. Diez o quince minutos de descanso cada dos horas es altamente recomendable, así como dedicar un poco de tiempo para hacer algún tipo de ejercicio o deporte, dispersión y socialización.
5. PROGRAMARSE: Organizar el día, saber las fechas de cada examen, tener un tiempo para cada tarea o estudiar cada asignatura reduce el estrés y la ansiedad y ayuda a concentrarse, ya que la preocupación por el resto de las tareas o proyectos disminuye al saber que cuentas con el tiempo para hacerlas.
6. SEÑALES FÍSICAS: No hay que ignorar los síntomas que el cuerpo te vaya mostrando. Dolor de cuello, espalda, gripe, dolor de cabeza, irritabilidad en los ojos son síntomas de fatiga, señales de alerta que el organismo manda para exponer tus límites.