Yoga como estilo de vida

Yoga como estilo de vida

Por: Valentina Álvarez Borges

Practicar Yoga suele interpretarse como un ejercicio de gimnasio parecido a hacer pilates pero más lento y para viejitos o flojos. Honestamente, este tipo de afirmaciones no se pueden encontrar más lejos de lo que significa realmente practicar Yoga. Ser yogui es un estilo de vida ya que contempla cada parte que conforma al ser humano y además lo integra de manera armoniosa al mundo.

El yoga tiene 8 ramas principales que surgen de un propósito central:

Yamas y Niyamas: Es la moral universal. Son diez pautas a seguir que nos ayudan a estar en paz con nosotros mismos, con nuestra familia, con nuestros amigos y con la comunidad que nos rodea en general. Los Yamas son las virtudes morales que sirven para purificar la naturaleza humana y contribuir a que exista una sociedad saludable y feliz, mientras que los Niyamas son las reglas enfocadas a la observación personal; son más que una actitud ya que se tratan de nosotros mismos para alcanzar una vida armónica y espiritual.

Los Yamas son:

1. Ahimsa: Es la compasión por todos los seres vivos. Literalmente, “Ahimsa” significa no lastimar o ser cruel con ninguna criatura o persona de ninguna manera. Desde un punto de vista más profundo, no significa solo “evitar la violencia o no dañar”, sino trabajar en la amabilidad, en ser amigable, y en ser considerado con el planeta y sus integrantes tomando en cuenta nuestros deberes y responsabilidades como personas humanas.

2. Satya: Es el compromiso con la verdad. Significa literalmente “verdad” y al mismo tiempo implica considerar que algunas veces la verdad puede ser dolorosa; por lo tanto es importante tomar en cuenta que lo que se dice y la manera en que se dice puede en ocasiones afectar a otros. Si decir la verdad puede lastimar a otro, lo mejor es no decir nada. Este precepto nunca debe de chocar con el cumplimiento del precepto anterior, Ahimsa. Su objetivo es entender que la comunicación y la acción deben de ser de manera honesta para que las relaciones sean saludables.

3. Asteya: Significa “No robar”. Este precepto indica que no se debe de tomar nada que no nos pertenezca. Si estamos en una situación en la que se nos confía o confiesa algo, no debemos de ser aprovechados. No se trata solo de no robar, también se refiere a darle a las cosas el uso que se les haya asignado y no otro. Abarca más que cosas materiales, como la atención o el tiempo de otros. Lo importante de esta indicación es no ser aprensivo, posesivo o envidioso.

4. Brahmacharya: Se traduce como “El sentido del control”. Igual representa caminar hacia la verdad y vivir con moderación. Este precepto suele asociarse comúnmente con el sentido de abstinencia principalmente referido a las relaciones sexuales. No se podría traducir como vivir en el celibato ya que se refiere más a comportarse de manera responsable con respecto a nuestras metas y teniendo en mente siempre el camino de la verdad. Por otro lado, igual implica que la energía sexual debe servir para restablecer conexiones con uno mismo, y que esta energía nunca debe de causar daño a otra persona.

5. Aparigraha: Trata de neutralizar el deseo de atesorar o acaparar. Consiste en tomar sólo lo que es necesario y no aprovecharse de ninguna situación o ser codicioso. Tomar más de lo que “nos hemos ganado” es explotar a alguien más. Al incumplir con este precepto, se interpreta que existe una falta de fe en Dios o en el Orden supremo y que por tanto atesoramos cosas para proveernos en el futuro. Aparigraha significa dejar ir, desapegarse y entender y aceptar la no-permanencia y el cambio permanente en el ciclo de la vida.

Los Niyamas son:

1. Saucha: Purificar y limpiar tanto fuera como dentro. Se refiere al aseo personal y también al sano funcionamiento de nuestros órganos y nuestro cuerpo y a la claridad del pensamiento. Practicar Asanas o Pranayama son caminos muy útiles para lograr esto; más adelante veremos qué significa cada uno de estos conceptos. Sin embargo, lo más importante en el Sauca es limpiar la mente de emociones perturbadoras como el enojo, la codicia, el orgullo, la lujuria o el odio.

2. Santosha: Es la capacidad o facultad de sentirse a gusto con lo que se posee y lo que no se posee. En pocas palabras, representa la modestia, o el agradecimiento. Santosha es estar en paz con el estilo de vida que tenemos y valorar tanto lo bueno como lo malo. Aceptar que todo tiene un motivo de ser y que tenemos que cultivar esa aceptación y sentimiento de dicha ante cualquier experiencia, y sobre todo, ser agradecidos.

3. Tapas: Purificar el cuerpo mediante un disciplinado uso de la energía: el sueño, la dieta, el ejercicio, el trabajo y la relajación. Direccionar la energía para alcanzar nuestra meta máxima y establecer una unión con lo divino. Al ser seres racionales tenemos la gran responsabilidad de elegir lo mejor para nosotros, ya que contamos con toda la información para conocer y diferenciar las opciones que tenemos. Hay que reconocer que nuestro cuerpo necesita ciertas condiciones para ser sano, y así mismo ser consecuente y dejar de auto-engañarse con el fin de mejorar la calidad de vida.

4. Svadhyaya: Es el autoestudio. Recalca la importancia de conocerse y evaluarse a uno mismo con cierta regularidad para conocer las mejoras o deficiencias. Cualquier actividad que promueva la reflexión se considera ya Svadhyaya. El punto es estar consciente de uno mismo en cualquier actividad o esfuerzo para llegar al punto de conocer y aceptar nuestras limitaciones. De esta manera aprendemos a estar centrados y dejar atrás las tendencias autodestructivas o dañinas.

5. Isvara Pranidhana: Devoción ante Dios o ante lo espiritual. En el Yoga no es necesario aceptar una noción de Dios para entender la disciplina. Isvara Pranidhana promueve es el rendimiento ante una inteligencia suprema que se encuentra en uno mismo y en el resto del universo. Lo importante es rendir amor a lo divino, a la vida, al todo.

Otras acciones importantes que se deben tomar en cuenta son:

Asanas: Son posturas corporales que ayudan a mantener el cuerpo fuerte, flexible, relajado y sano. Se debe de conseguir estar firme y alerta en cada postura; entenderla, aceptarla y encontrar un punto de comodidad. Trabajar con la concentración y con el cuerpo físico al mismo tiempo. Practicar Asanas sirve para mejorar el flujo de energía en el cuerpo y conseguir una armonía generalizada. La práctica regular mejora el sistema inmunológico, el sistema nervioso, el sistema digestivo, el sistema respiratorio, los problemas de espalda, los reumas, los problemas de sueño, los dolores de cabeza, los problemas cardiovasculares, el asma, la ansiedad, el estrés, entre otras cosas. Así mismo, con estos ejercicios físicos establecemos un buen canal de comunicación y autoexploración con nuestra voz interior.

Pranayama: Son prácticas de respiración que sirven para mejorar el flujo de la energía o fuerza vital. Es un proceso continuo de respiración completa y profunda que abarca desde el diafragma hasta la región clavicular en el pecho. De esta manera se tonifica el sistema respiratorio, se regula el ritmo cardiaco, estimula varios órganos como el corazón, el páncreas, el hígado y el estómago, entre otros. También activa el sistema linfático eliminando toxinas y es benéfico para desarrollar la concentración y el autodominio llevándonos a la tranquilidad de la mente.

Pratyahara: Es el control de los sentidos. Implica separar los sentidos del apego a objetos externos, es decir las distracciones, y de esta manera regresar al camino de la autorrealización y consecución de la paz interna. No depender de estímulos externos para establecer una conexión entre la mente y los sentidos. Cuando los sentidos dejan de estar atados a fuentes externas y dejamos de resistirnos es cuando alcanzamos el Pratyahara. La meditación sirve para desarrollar Pratyahara ya que se agudizan los sentidos y se consigue vivir en el momento.

Dharana: Significa trabajar en la concentración y en enfocar la atención, y cultivar la percepción y consciencia de uno mismo. Dirigir toda la atención en una sola dirección o un solo punto. De esta manera, a mente al estar en calma puede alcanzar sus metas. Al concentrar toda la energía en una sola cosa, debilitamos el resto de los pensamientos dispersos.

Dhyana: Es un estado profundo de meditación en el que el observador y el observado se vuelven uno mismo. Es decir, nos encontramos en medio de la acción, todo sucede al mismo tiempo. Es un estado en el que se superan las distracciones. Es la contemplación perfecta.

Samadhi: Es el regreso de la mente al silencio original. Es el último paso en los 8 preceptos del Yoga. Alcanzar Samadhi significa alcanzar el punto en el que todos los sentidos del cuerpo descansan mientras que la mente y la razón siguen alerta, como si estuviéramos por completo despiertos. Al llegar a este punto encontramos nuestra identidad sin diferencias y aprendemos a liberar el alma para poder disfrutar de la pura consciencia de nuestra identidad. Es una verdadera unión y termina con la separación que existe con el “Yo” y el “mío”. La mente deja de hacer diferencias entre el yo y la otredad, queda solo la experiencia de ser consciente, verdadero y lleno de dicha.

Si imaginamos que el Yoga es como un árbol, cada uno de los preceptos es una de sus ramas, y el árbol funciona como un todo. Estos 8 aspectos nos direccionan a estados elevados de conciencia y a una vida profundamente espiritual. Son 8 y son tan precisos porque el ser humano no siempre los percibe tan fácilmente; muchas veces llegamos a ellos después de cometer algún error o pasar por alguna tragedia. El Yogui busca dominar el cuerpo, controlar la mente y concentrar los sentidos, todo esto apegándose a la verdadera libertad que proviene de la comprensión de las Leyes Naturales. En este proceso podemos llegar (o acercarnos) de manera consciente a la paz interior, al autoconocimiento, a la aceptación y a la dicha.

Por esto y por muchas razones más, practicar Yoga es mucho más que un ejercicio de gimnasio. Y explicar más sería inútil ya que es algo que se tiene que vivir en carne propia para ser verdaderamente comprendido. El objetivo del Yoga no es llegar a un final, sino trabajar en el camino. Practicar Yoga significa estar en constante aprendizaje. Por eso el Yoga no es propio de ninguna religión en particular, ni es específico para alguna raza, edad, género o mentalidad. El Yoga es de todos y es para todos.

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