Por María José Alonzo Farah
En estas últimas semanas, hemos tenido la oportunidad de captar un nuevo tipo de sonido, que antes no se escuchaba, ese canto de aves exóticas que despierta todos los días con la Universidad Anáhuac Mayab.
Esta situación ha causado cierta alarma en la mayoría de los estudiantes que ya habían cursado años anteriores, ya que ese ruido no les es familiar. Estos nuevos sonidos provienen de un altavoz con grabaciones de aves para ahuyentar a las verdaderas aves que rondan por nuestra Universidad, pero de ahí surge la gran pregunta ¿Por qué? Pues a lo largo del semestre, estos inquilinos se la pasaban rondando por la universidad y cuando se agotaban iban a los árboles a tomar un descanso, pero eso no era lo único que hacían, si no que igual decidían realizar sus necesidades básicas. Desgraciadamente, los que estaban abajo eran los coches.
Platicando un poco con los de intendencia y los de seguridad, pudimos enterarnos que los que más lo sufrían eran ellos, debido a que todos los días tenían que estar al pendiente de que los pájaros no defecaran en todo el patio de la Mayab y en los automóviles, ya que, de ser así, debían limpiar lo que los pájaros causaban. Esta rutina ya los tenían bastante cansados, al igual que a los propietarios de los coches que tenían la mala suerte de que un pájaro los marcara, sin embargo, intentaron dejar pasar esta situación y no hacer un escándalo por ello.
Desgraciadamente, era tanta ya la reincidencia de los pájaros que la Universidad tuvo que comenzar a pensar medidas con las cuales evitar tanto desorden y a la vez mantener limpios tanto los coches como los patios. Además, como Nuestra Universidad siempre se ha caracterizado por ser una institución que busca fomentar la ecología y la vida animal, no buscó ninguna alternativa que llevara a eliminar a algún ser vivo.
Tras horas de varias reflexiones, ideas y comentarios, se llegó al acuerdo de instalar cierto tipo de altavoces con estas grabaciones que empiezan desde muy temprano en la mañana hasta altas horas de la tarde para evitar que éstos reposen en los árboles. Esta medida, además, evitó una deforestación innecesaria.
Ahora sabemos el porque de los sonidos y de las nuevas aves cantoras que nos acompañan todos los días en la Universidad: proteger a nuestros coches y también a los árboles que no tiene nada que ver con las travesuras de estos pájaros.