¿Vas a estudiar comunicación? Si estudias comunicación, vas a ser pobre.
Parece que ésa es la premisa aceptada respecto a la carrera de comunicación. Se rumora que es una carrera que podrás disfrutar, pero no sacar provecho en el aspecto económico. Actualmente, los alumnos egresados de la carrera de comunicación de todo tipo de universidades encuentran dificultad en conseguir trabajo y desarrollarse dentro del área de estudio que los permitan desarrollarse como comunicólogos.
La hipótesis suena apocalíptica, como si se tratara de una verdad absoluta. Sin embargo, es una falacia pensar que los comunicólogos no la tenemos fácil. La verdad es que nadie tiene la situación resuelta en un mundo cada vez más competitivo, complejo y con un ámbito laboral ambiguo. Para salir adelante, no importa quien seas o que hayas estudiado, se tiene que afrontar la situación de frente y sin complejos o miedos.
Un comunicólogo debe saber distinguirse y conocer las diferencias que tiene respecto a un mercadólogo o un publicista. Sería aberrante que no lo sepan, no son lo mismo, pero tienen que dejarse en claro las razones. Es rol del individuo que estudia las ciencias de la comunicación dejar en claro cuál es su papel.
Un buen comunicólogo conoce los procesos comunicativos y utiliza las técnicas y herramientas adecuadas para dar a conocer el contenido que genera. No importa si trabajas en medios o no, cuando eres un comunicólogo te conviertes en un científico social que entiende las representaciones simbólicas y significativas de todas las posibles manifestaciones comunicativas del ser humano. Las herramientas no son sólo el internet, la televisión, la radio, etc. Tenemos como base la semiótica y la estética con el que se analiza el contenido. Cabe señalar que un buen comunicólogo debe entender el factor humano en la generación de contenido.
El egresado de la carrera de comunicación no debe temer al Siglo XXI y debería celebrar la época de la web 2.0 en la que podemos compartir el contenido como en ninguna otra. Propondría cambiar la actitud respecto a la realidad del comunicólogo y su relación con el Siglo XXI, no es una etapa para estresarse. Si tienen un lugar en el ámbito económico, sólo tienen que saber sus capacidades. Nos encontramos por primera vez en una etapa en la que somos prosumidores (producimos y consumimos contenido), es una nueva era de generación de contenido.
Por ello, un comunicólogo debe asumir la responsabilidad y elaborar contenido de calidad con talento, ingenio y por supuesto humanidad, que se pueda compartir. El acceso a recursos para hacerlo no tiene precedente y se tiene que aprovechar.
El camino se lo forja uno mismo. La calidad del contenido es resultado de un esfuerzo real. Lo fácil nunca será satisfactorio en comparación de lo que realmente cuesta trabajo y en lo que se pone un verdadero esfuerzo. No importa en que área estés, lo que estudies, o quien seas: si realmente crees que puedes aportar algo, lo harás. Las quejas no sirven de nada y lo que se dice se lo lleva el viento.
Invito a los comunicólogos a tener una actitud positiva, propositiva e inteligente hacia el futuro. Si planeas generar contenido de calidad, no tienes nada de qué preocuparte.
Fuente de la imagen: mexicana de comunicación