Venían detrás, siguiéndolo en sus bicicletas mientras él guiaba al grupo hacia donde la tragedia había ocurrido. Al llegar al cruce de Nuevo León y Sonora, en la colonia Hipódromo Condesa, que se ubica en la capital del país, descendieron de los velocípedos. Al cabo de un rato, la emblemática bicicleta blanca –para quien no lo sabe, se usan a modo de memorial ante la muerte de un ciclista– junto con una fotografía ya pendían de uno de los fierros que conforman el puente en donde su esposa, Jennifer Elideth Martínez, murió víctima de la negligencia de un conductor.
La anécdota anterior es totalmente verídica y es uno más de tantos casos impunes de homicidio a ciclistas. Esto es alarmante pues existe una cultura del ciclismo que, tras la integración del sistema de bicicletas ECOBICI en el 2010 por parte del gobierno del Distrito Federal, ha ido en aumento.
A pesar del impulso que se le ha dado al uso de la bicicleta como transporte para el día a día, y de los numerosos movimientos y colectivos de ciclismo que han ido asomando en la escena del transporte urbano, es evidente la posición desventajosa en la que se encuentran los usuarios de este transporte alternativo frente al transporte motorizado.
El tramo que hay por recorrer antes de lograr consolidar al ciclismo dentro de la sociedad mexicana, es muy grande. La falta de políticas que protejan a los usuarios de bicicleta, así como la inversión en infraestructura ciclista son factores que, sin duda, coartan su progreso.
Me parece que es un paso grande que la colectividad está dando y una importante muestra de civismo. Dejar morir este proyecto sería una grave tragedia pues representaría la muerte de cualquier anhelo de alcanzar una sociedad, si acaso, un poco más responsable, respetuosa y justa.
Info de: http://midiariourbano.blogspot.mx/2013/03/urban-cycling-in-mexico-city-el.html