-Mira
-¿Qué?
-Esa pareja, ella está jovencita y él es un señor.
-Ay sí es verdad, ¡qué horror!
Es común que alguna vez nos hayamos topado en la calle, en el centro comercial o en alguna fiesta, a una pareja que esté formada por un hombre mayor y una mujer joven, y es más común que nos llame la atención esta extraña fusión, que la verdad no debería de extrañarnos, puesto a que antes los padres decidían el hombre con qué se iban a casar sus hijas y estos hombres generalmente eran mayores.
Incluso ahora podemos observar a mujeres adultas con hombres jóvenes (Demi Moore y Ashton Kutcher, aunque ya se hayan separado)
Pero, ¿por qué se dan estas relaciones?
Mucha gente piensa que usualmente es por interés económico de la mujer o del hombre joven. Otros piensan que, en el caso de las mujeres, se debe a que nunca lograron renunciar al amor paterno o que, en el caso de los hombres, piensan que algunos poseen el «espíritu de joven”, aunque su cuerpo indique el paso de los años.
Pero si dejamos toda esa especulación, podemos llegar a un punto más profundo, uno en el que simplemente una relación de ese tipo pueda estar dirigida hacia una sola dirección: la compatibilidad que se tiene con esa persona. Mismos gustos, el interés mutuo, sentimientos similares, formas de ver el amor, la vida o diversas situaciones con los mismos ojos.
No juzguemos este tipo de relaciones, pues, en muchas de éstas existen los verdaderos lazos de amor.