Siete bailarines del Ballet Nacional de Cuba desertaron y decidieron buscar suerte en Estados Unidos.
Después del tour que ofreció el Ballet Nacional de Cuba durante la primavera en México, siete bailarines decidieron cruzar la frontera y entrar a los Estados Unidos. Para lograrlo, se transportaron en autobuses desde Yucatán hasta Nuevo Laredo y ya en la frontera aprovecharon el privilegio del que son partidarios para poder ser asilados políticos en los Estados Unidos.
Actualmente, los siete ya tienen puestos fijos en compañías de ballet americanas, recolectando éxito y gloria.
Al respecto, los artistas confesaron sentir gratitud por el rigor que recibieron en su preparación y la educación tan alta que obtuvieron en la isla, pero admiten estar en desacuerdo con las posibilidades profesionales artísticas que se les ofrecen en su natal país y con la política favoritista que se ejerce, según palabras de Arianni Martín, una de las bailarinas que desertó.
Una vez en territorio americano, la compañía Cuban Classical Ballet of Miami fue quien les brindó el apoyo que necesitaban y es que la compañía se ha dedicado desde 1980 ha recopilar bailarines cubanos y ubicarlos en el nuevo sistema y la nueva cultura americana mientras hacen lo que más les gusta: bailar.
