Querido aficionado de Cruz Azul:
Créeme que sé todo lo que has soportado a lo largo de los últimos quince años sin ver a tu equipo campeón. Sé de esos momentos amargos y de esas lágrimas derramadas tras las múltiples caídas en momentos vitales.
También es de admirar tu inalcanzable esperanza, así como tu amor hacia tu equipo. Es de reconocer que tras varias ocasiones sintiéndote en la gloria, esta te sea arrebatada y muchas veces por errores de gente vestida de azul.
Querido aficionado azul, sé exactamente como te sientes al ver a tu equipo hoy en día líder general del certamen y sin haber perdido juego alguno en lo que va de la campaña. Sé que esa esperanza e ilusión vuelve a despertar hacia un conjunto al que no le has entregado nada más que tu fe.
Conozco también tu incredulidad y tus dudas. Tu cansancio tras todas esas derrotas en finales que te hacen pensar que, hasta no ver a los jugadores celestes cargando el trofeo de campeones, es imposible creer en algo.
De ti, aficionado, me quedo con tu fe, amor y pasión hacia tu amada ‘máquina’. Y también con tu sentimiento de hoy en día que, tras ver a tu equipo ser líder general y desplegando el mejor fútbol de la campaña, aún así, no te das por bien servido hasta no ver un título que te ha mantenido ya más de una década sufriendo y frustrado.
