Ecos de la FILEY: noche de sábado en la feria

Ecos de la FILEY: noche de sábado en la feria

Aunque la Feria Internacional de la Lectura Yucatán, FILEY por sus siglas, ya terminó, no quería dejar  pasar una breve reseña de cómo fue asistir a la gran venta nocturna previa a la clausura del evento.

Fue emocionante llegar al centro de convenciones y ser recibido por Sor Juana, recitando poesía a los paseantes, quienes, arremolinados alrededor de ella, escuchaban atentamente sus palabras plasmadas en versos con acento propio de la época.
Siguiendo mi camino, entré al salón Valladolid, el cual, por la hora y tipos de servicios que ofrecía, en éste ya solo se encontraba funcionando los stands de venta de libros infantiles en los que, como si fueran luces de navidad, los juguetes de tipo didáctico robaban la atención, dispuestos para ser analizados por los niños más exigentes de todas las edades.
 imageEntrar al salón principal fue aturdidor la cantidad de gente que se dio cita para revisar cuidadosamente la oferta de lectura y así obtener un libro de su agrado. Los había de todos tipos, categorías, épocas, años, colores y estilos. Así nos detuvimos en otro stand también con libros infantiles aún más variados que el primero cuyos títulos eran tan sencillos como los cuentos de nuestra infancia: «Hansel y Gretel», «El patito feo», «Juan y las habichuelas mágicas» por mencionar algunos otros de tipo didácticos como los animales de la granja o animales de la jungla para que los niños aprendan a distinguirlos y categorizarlos.

Asimismo, caminando por recinto te podías topar con prácticamente cualquier cosa que pudieras imaginar en la lectura. Me detuve por una oferta que me pareció interesante: «Hulk, la guía definitiva», pero cuando el vendedor me vio ojeando las paginas no dudo en ofrecerme Marvel, la guía definitiva, que al igual que la primero documenta año tras año en sus páginas cómo fue creciendo esta editorial, los personajes que fueron clave en su éxito y su posición en este siglo.

Una vez saciada mi curiosidad sobre esta posible adquisición, no pude evitar observar en el puesto de enfrente una editorial que publicaba pequeñas revistas con títulos tan simples como 1987 y la imagen de los Simpson o 1962 con la imagen de un platillo volador: eran almanaques compuestos de afiches e imágenes de los acontecimientos más importantes de los años que emanaban.
 

imageHabiendo visto cosas interesantes, decidí mejor caminar por toda la feria y observar las editoriales que se dieron cita ya que hubieron de tanto  de renombre, como el Fondo de Cultura Económica con grandes títulos que se podían adquirir en ediciones de lujo con pastas ostentosas, al igual que en una versión sencilla para los que solo están interesados en el contenido o la UNAM con un acervo de lectura propia generado de por los científicos e historiadores emanados de la máxima casa de estudios en nuestro país.

También me topé con un pequeño puesto casi escondido donde se ofertaban libros viejos, enmohecidos por el paso de los años con pastas escarapeladas o huellas visibles de haber visto pasar los años. Abro uno para revisar la fecha de impresión: 1935. Seguramente serán para coleccionistas o amantes de lectura.

Emprendiendo la retirada, cruzamos por el último pasillo y paso por una editorial que tiene en exhibición libros con fotos de la Ciudad de México. Me detengo solo para ojearlo y son libros documentales con fotos de los primeros pobladores, inauguraciones de los primeros edificios, de los presidentes como Ruiz Cortines o  De la Madrid Hurtado. Prosigo mi camino topándome con un escudo que es muy conocido, el de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos que exhibían varios textos de sus inicios, catalogados por año y observados por un cúmulo de gente que los apunta comentando que ésos fueron los libros que llevaron a la primaria, aquellos con los que aprendieron sus primeras letras a sumar o restar con el que relacionan su infancia ya pasada hace algún tiempo.

Me retiro satisfecho de haber pasado una noche agradable reconociendo títulos, ojeando otros tantos, aunque sin poder evitar pensar que me parecieron pocos los libros de tecnología y que un stand de historietas de Marvel y DC comics hubiese sido genial. Esperaré con ansias el próximo año este formidable evento y enviaré mis sugerencias. Como sea, estoy seguro que volverá a ser una gran feria.

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