Celular en el Aula: ¿amigo o enemigo? (ronda de opinión)

Celular en el Aula: ¿amigo o enemigo? (ronda de opinión)

En el marco de la asignatura «Creatividad e innovación editorial», alumnos del quinto semestre de la Escuela de Comunicación de la Anáhuac Mayab realizan reflexiones en torno al uso del celular en clase. En ese sentido, Luis Alpuche confiesa que, como muchos otros, utiliza el celular en detrimento de su aprendizaje.  

Ese momento en el que estás en el salón de clases y de pronto ya no escuchas ruido y te desconectas por estar metido en el celular, es el momento cuando empiezas a ignorar todo y a todos a tu al rededor. Esa sensación en la que no estás escuchando la exposición del maestro o las participaciones porque te vuelves esclavo del teléfono.

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que te des cuenta que ya acabó la clase? Es precisamente cuando preguntas cuál fue el tema o si dejaron tarea. Es allí cuando te das cuenta que el tiempo pasó extremadamente rápida y te la pasaste haciendo nada productivo.

Cada día perdemos más el tiempo en clase y hoy en día el tiempo es muy importante. Es una cuestión de la que debemos estar consientes y valorarla.

Algo semejante me preguntaba el otro día desde mi asiento mientras observaba a los alumnos adelante de mí y los veía como un montón de zombis adictos al teléfono. Una de esas persona estaba preocupada, buscando un cargador porque le quedaba una barra de batería.

¿Hasta dónde vamos a llegar con el celular? ¿Cuándo dejamos de interactuar y nos volvimos tan dependientes a esta maquina «quitatiempo»?

Asimismo, me pregunto: ¿Quien tiene la culpa? Si la evolución tecnología o nosotros, que no podemos controlarnos.

Ciertamente, el celular no precisamente tiene por qué ser tu enemigo. Es un aparato muy útil cuando no quieres distraerte del tema que está exponiendo el profesor. Incluso, puedes tomar una foto del pizarrón o de la tarea o incluso hacer una nota de voz de algo importante. Es útil, siempre y cuando, lo uses para lo que es, pero cuando no prestas atención a la clase, te perjudica.

En ese sentido, no voy a negar que, a veces, es muy tentador estar en clase y revisar el celular para ver qué está pasando en el mundo de las redes sociales. Es un vicio: tienes que estar enterado de que lo que está sucediendo allá afuera. Sí es malo pasársela en el celular perdiendo el tiempo durante las clases, lo admito. Es algo que yo personalmente hago continuamente, acaso un modo de no saturarme de información.

Pero si lo pienso mejor, también estoy haciendo lo mismo: estoy saturando mi mente de pura información sin importancia, y en cambio, cuando prestas atención en clase, al menos estás recibiendo información educacional o que te puede servir en el futuro.

En conclusión, los celulares son un arma de doble filo. Los puedes usar para buscar pequeños datos para seguir entiendo la clase o incluso para mejores participaciones, pero siendo realista la mayoría de los estudiantes como yo, lo usamos como método de satisfacción, ignorando por completo nuestras obligaciones de prestar atención.

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