Ante la modernización y la evolución de las nuevas generaciones, las tradiciones de la sociedad mexicana se han visto transformadas. Tal es el caso de las posadas, festejos previos a nochebuena que surgieron como motivo de acompañar a José y su esposa María, madre de Jesucristo, en ese camino que recorrieron de Nazaret a Belén durante nueve días.
De esta forma, con el paso de los años, las posadas se han convertido en fiestas en donde la razón que las origina ha pasado a segundo plano. La comida típica mexicana que anteriormente se servía, se ha intercambiado por pizzas, sándwiches y otras comidas extranjeras.
Asimismo, ya no existen decoraciones típicas de nuestro país en los hogares, ya que, la mayoría de las veces, podemos notar personajes de la cultura estadounidense en un pequeño rincón un nacimiento. ¿Dónde quedaron los cantos de los peregrinos que pedían posada? Se han transformado en música pop.
El que esto suceda es síntoma de que estamos inmersos en la era de la globalización, era en la cual nos hemos visto constantemente influidos de otras culturas predominantes, pero no más importantes que la nuestra.
El ser mexicano no solo es hablar español. El ser mexicano es vivir tu cultura ¿Y cómo se vive ésta? Celebrando y preservando las tradiciones que caracterizan y diferencian a nuestro país de otros. Hay que diferenciarnos de los demás, no copiarlos. Tenemos una gran cultura como para irla transformando poco a poco.
Por ello, salgamos y pidamos posada, rompamos una piñata y prendamos luces de bengala que demuestren esa chispa que nos caracteriza. El seguir esta tradición nos traerá muchos más recuerdos y aprendizajes que solo el simple hecho de reunirnos y tomar con unos cuantos amigos.