Querer cambiar, crecer y mejorar es muy común cuando se aproxima el Año Nuevo. Vemos una nueva oportunidad de dejar los malos hábitos atrás y empezar con el pie derecho. Es por esto que, año tras año, hacemos las famosas ‘Resoluciones de Año Nuevo’. Sin embargo, la mayoría de las veces, esto sólo resultará en otro año que pasa demasiado rápido para cumplirlas.
A continuación, una lista de los principales errores a la hora de hacer resoluciones de año nuevo.
1. No establecer metas concretas y realistas.
Muchas de las resoluciones no son lo suficientemente específicas como para mantenerlas. A menudo oímos: “quiero perder peso”, pero jamás escuchamos lo que esa persona hará para lograrlo. La manera correcta de hacer esta resolución sería establecer cuántos días a la semana irá al gimnasio o qué tipo de alimentos comprará en el súper. Muchas veces no cumplimos con nuestras resoluciones porque no las vemos como una meta real que podamos medir.
2. Muchas resoluciones al mismo tiempo.
Aunque el Año Nuevo es un tiempo preciso para reflexionar en todo aquello que no nos gusta, sería mejor concentrarse en trabajar una cosa a la vez. Si es difícil mantener una sola meta, es imposible mantener seis al mismo tiempo. Muchas veces fallamos por querer bajar de peso, dejar de fumar, leer más y comer saludable todo a la vez, por ejemplo.
Lo recomendable es hacer una lista de todas las metas concretas que te gustaría realizar durante el año, pero irlas trabajando una por una, regresando a la lista cuando hayas logrado tu meta anterior. Después de todo, tenemos un año… lo que me lleva a mi siguiente punto.
3. No tener paciencia.
Muy seguido nos desesperamos porque esperamos ver un cambio radical y no estamos preparados para fallar. Esto solo lleva a la frustración y eventualmente, a rendirse. Muchas veces vemos a la persona que está totalmente decidida y motivada, pero en cuanto falla una vez, se rinde. Es necesario tener paciencia y estar dispuestos a intentarlo cuantas veces se necesite.
4. No trabajar en los hábitos.
Por último, la mayoría de las personas no se concentran en crear los hábitos necesarios para alcanzar sus metas. Dicen que se necesitan 21 días de dejar de hacer algo para romper con el hábito, o 21 días de hacer algo nuevo para convertirlo en otro hábito. Por ejemplo, se necesitarían 21 días de ser ordenado para dejar de ser desordenado. Ciertamente, no se puede alcanzar nada sin disciplina.
