¿Será capaz Cuauhtémoc Blanco de realizar una buena labor como nuevo alcalde electo de Cuernavaca? Sencillamente, es difícil de imaginar que así sea.
Basta recordar que “El Cuau” decidió no acudir el pasado 21 de junio al Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana a recibir su constancia de mayoría como alcalde electo de Cuernavaca debido a que había contraído matrimonio ese fin de semana. En su lugar lo recibió Eduardo Birdonave Zamora, presidente del Partido Social Demócrata (PSD)
Aunado a esto, se encuentra el hecho de que ex futbolista pospusiera hasta el mes de agosto la integración de su gabinete porque saldrá de vacaciones.
Si tomamos en cuenta que la labor de un alcalde es la de representar jurídicamente a los habitantes de un municipio, así como la de atender las diferentes áreas de una ciudad, procurando cuidar los ingresos y egresos de la misma, Blanco debería estar más preocupado por atender los problemas que azotan al municipio.
Además, habría que recordarle que Cuernavaca es azotada no sólo por la delincuencia organizada, sino por el gigantesco flujo de turistas y visitantes, el cual genera muy poca riqueza al municipio debido a que los visitantes no consumen servicios o productos durante su estancia.
La aparente ligereza de su actitud en materia de sus labores como nuevo alcalde electo revela su sencillez y posible simpleza en su actuar. Pero no hay duda alguna que una parte de la sociedad se identifica con su figura, pues él ya es todo un símbolo nacional.
Es difícil imaginar que realice una buena labor como alcalde, sin embargo, vale la pena observar qué sucede con este experimento político.
