La Navidad ha llegado, y con ella, también llegan los gastos. Esta época es más que un sin fin de fiestas, alimentos y regalos.
Como muchos hemos podido constatar, desde finales de noviembre, las empresas empiezan a bombardear con un sin fin de publicidades y promociones, atrayendo de esa manera a los clientes y provocar compras compulsivas.
Todo eso ha cambiado el ámbito familiar, ya que estas épocas navideñas sólo sirven para endeudarse cada vez. Ya ni siquiera vemos la Navidad desde una óptica religiosa. Incluso muchos ni siquiera saben lo que en verdad representa esta fiesta.
Por todo lo anterior, el mejor consejo que se les puede dar a ese tipo de personas es gastar lo que tienen, no endeudarse, pero sobre todo, disfrutar estas fechas de tal manera que se vuelvan inolvidables y que se vivan de la manera religiosa que son y no de la forma tan frívola que propone la publicidad.
¡Feliz Navidad!
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