Hace unos días, mientras perdía mi tiempo en Facebook, me encontré con una publicación que compartió un conocido mío que decía: “ya no hay artistas que saquen buena música, toda la música actual es una mie…”.
Esta afirmación realmente no me sorprendió: estoy acostumbrado a leer comentarios como “esta nueva canción de reguetón es buenísima” o “Fetty Wap es el mejor rapero de nuestros tiempos”.
Mi verdadero problema con la publicación es que, cuando la vi, tenía más de doce mil “me gusta”, lo cual quiere decir que más de doce mil personas creen que en la actualidad no hay artista alguno que sea capaz de producir algo digno de ser escuchado por sus oídos, los cuales deben de poseer un don divino que les permite identificar inmediatamente lo que es “buena música”.
Después de ver esto, di un suspiro, cerré mi computadora y me fui a dormir.
Es cierto que actualmente, hay artistas con mucha popularidad que producen música catalogada como “comercial”, la cual carece de creatividad e innovación para el género, pero, aun así, se vende bien y es reproducida constantemente en reuniones sociales, antros y en estaciones de radio. No obstante, decir que en la actualidad no existen artistas capaces de producir música trascendente me parece una estupidez.
Tampoco faltan las personas mayores que afirman que la música de sus tiempos es inigualable y que la actual no se compara con ella. Supongo que es fácil pensar eso cuando tus hijos escuchan cosas como Pitbull y Lana del Rey.
Hace un año, Kendrick Lamar lanzó un disco llamado “To Pimp a Butterfly”, el cual obtuvo el Premio Grammy al Mejor Álbum de Rap y es, para mí, uno de los mejores discos de rap que he escuchado en toda mi vida.
Artistas como Frank Ocean, Beyoncé, Radiohead y Nicolas Jaar han dado a luz a excelentes proyectos musicales este año que merecen ser escuchados.
El mayor problema que puede tener un fan de la música es pensar que ya lo ha escuchado todo. Quien realmente aprecia la música siempre encuentra la manera de encontrar nuevos sonidos que se apeguen a sus gustos. Tal vez lo que falta es empezar a buscar porque, una vez que empiezas, no se puede parar.