Un cinco de diciembre de 1953 años si hubieras decidido ir al cine, tu función hubiera sido interrumpida de para informarte sobre una de las noticias más trágicas en la historia del cine mexicano: la muerte de Jorge Negrete.
Nacido el 30 de noviembre de 1911 en Guanajuato, Negrete no solo fue uno de los mejores actores mexicanos de la época de oro, él logro hipnotizar a todo el mundo con su voz y su carisma, lo que lo llevó a ser considerado como una figura nacional e internacional.
Cabe señalar que a causa de una cirrosis hepática que padeció desde 1937, el “Charro Negro”, murió en el Hospital Cedros del Líbano, en Los Ángeles, apenas a los 42 años de edad junto a su madre Emilia, su hermana Consuelo, su hermano David, y su mujer “La doña” María Félix, a quién conoció desde hacía ya más de 10 años, pero mantuvieron una relación laboral conflictiva y no fue hasta un año antes de la muerte del actor que se casaron.
Honrando la letra de su canción, “México lindo y querido”, el cuerpo de Jorge fue devuelto a su país natal donde lo esperaban entre lágrimas y mariachis más de medio millón de personas pertenecientes a todas las clases sociales. Entre las celebridades mexicanas más conocidas se dieron cita: Pedro Infante, el Indio Fernández, Dolores del Río, Pedro Armendáriz y Cantinflas quienes lo acompañaron hasta el Panteón Jardín donde actualmente descansa su cuerpo.
Entre las películas más reconocidas en las que participo están: “Los tres alegres compadres” (1951), “Dos tipos de cuidado” (1952), “El charro inmortal” (1955), “¡Ay Jalisco… no te rajes!” (1941) y muchas otras que lo convirtieron en el ídolo de muchos y lo mantendrán inmortalizado por muchos años más.
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