De un tiempo para acá, he visto cómo los memes han evolucionado. En un principio eran una sátira simple a sucesos de la vida cotidiana, con un humor básico y tonto que incluso hacía del chiste algo inmaduro. De eso a retratar situaciones más complejas y de temáticas más densas, o bien, delicadas. No necesariamente de temas del acontecer social o político, bueno fuera, sino con un humor más oscuro, incluso ácido; rondando dentro del racismo, clase social, tragedias, afecciones medicas entre otros. De esos que dependiendo del ánimo y contexto en el que te encuentres, logrará ser de tu ¨agrado¨ o te hará cambiar el pensar sobre la persona emisora. Digo ¨de tu agrado¨, porque a todos nos ha causado gracia este tipo de humor alguna vez.
De la misma forma, hay perfiles plagados con memes relacionados con la depresión, soledad o suicidio vista siempre desde un lado cómico, sin quitar de mí ese mal sabor y el trasfondo que esas temáticas tienen finalmente, o no sé si el que me alarme sea resultado del constante bombardeo al que ahora estamos expuestos sobre la importancia de la salud mental.
Toco este tema porque ya en más de una ocasión me he topado con posts de personas que acostumbran compartir contenido de esta clase, en donde alardean que sus publicaciones no reflejan ni por cerca su forma de pensar, actuar o filosofía de vida, que son sólo simples chistes, los cuales los demás toman demasiado en serio. Realmente el que estas personas tuviesen que hacer este tipo de aclaraciones me hacía sentir mejor, puesto que denotaba que no era el único al que dicho contenido choqueaba.
Pues si bien, según sus emisores, las publicaciones no reflejan nada en ellos, ¿Por qué este humor sí llegó a ser del agrado de la persona a tal punto de querer compartirlo en su círculo social? Puede sonar un argumento de una mente cerrada o moralista, pero digamos que no tuviese estricta relación con la forma de pensar y si con el tipo de humor de la persona, es ahí cuando afecta al pensamiento, puesto que el humor nace de la forma de comentar la realidad, y quiérase o no es un juicio.
Llegamos al punto en donde hay que decidir si el humor es una forma de descarga de estrés necesaria para las personas y por nuestra época las redes sociales se convierten en la plataforma idónea para descargarse, o si a las redes se les está otorgando un factor con demasiada importancia en cuanto a lo que la imagen de una persona corresponde y lo políticamente correcto llegará a censurar a gran medida la libertad de expresión.
