Los «Millennials»: generación que quiere beneficios pero no sacrificios

Los «Millennials»: generación que quiere beneficios pero no sacrificios

Sin lugar a dudas, los «Millennials» somos la generación que está y seguirá en boca de todos. Esto tiene una razón de ser muy sencilla: somos los que hemos vivido los más abruptos cambios en poco tiempo.

En mi opinión uno de los cambios más importantes que percibo diariamente es la perdida del concepto familiar. Actualmente los jóvenes ya no quieren casarse, tener hijos y su principal prioridad es viajar o tener mucho éxito económico y laboral.

Después de leer muchos artículos sobre este tema, ver cifras que afirman que la tasa de natalidad ha disminuido un 70% desde el 1970 hasta la actualidad (que podría justificarse gracias al surgimiento de métodos anticonceptivos) y comparar la vida desde mis bisabuelos hasta mis padres me puso a reflexionar ¿cuál es la verdadera razón de la perdida de los valores de la familia?

En cientos de artículos que circulan por internet, he leído muchas opiniones diferentes sobre las razones por las que esta generación no está ni cerca de estar interesada en formar una familia y unas de las más repetidas son:

“El mundo está muy mal para traer a otros seres a que sufran”, “No tengo la estabilidad económica para ofrecerle una buena vida a un hijo”, “No estoy seguro de querer pasar el resto de mi vida con alguien y un hijo es una gran responsabilidad que siempre te une a otra persona”, entre muchos otros.

Sin embargo, mi verdadera postura sobre todos estos cambios es que le tenemos miedo a los compromisos. Hoy en día, todas las acciones que terminan en consecuencias no deseadas pueden remediarse “fácilmente”, las relaciones se han vuelto desechables, el concepto del amor en los jóvenes está distorsionado y se quiere gozar de muchos privilegios sin responsabilidades.

Actualmente, está muy de moda el concepto “hacer pruebas”, con esto me refiero, por ejemplo, a vivir con una pareja antes de formalizar un matrimonio para ver si funcionaría antes de dar este paso o tener un perrhijo para crear un lazo de responsabilidad compartida.

Si alguna de estas cosas no funciona simplemente se abandona en vez de buscar solución. La responsabilidad de un hijo recae con mayor peso sobre las madres, los riesgos a fracasar son menos y cada vez se piensa más el bienestar propio antes que en los demás.

No se puede generalizar que todos los jóvenes piensen igual pero es evidente el cambio en la sociedad. A su vez, es importante tomar en cuenta que la palabras éxito, plenitud, felicidad y realización personal no significan lo mismo para todas las personas.

Aún no he conocido persona a la que no le guste viajar, gastar en cosas innecesarias, salir de fiesta y vivir su vida libremente sin “ataduras”. La realidad es que la gente envejece, las compras dejan de llenar los vacíos, la fuerza para viajar se acaba y que el tiempo no se puede regresar.

La única conclusión a la que llego cada que pienso o platico sobre este tema, es que mis mejores momentos han sido al lado de mis hermanas, papás, abuelos, primos y tíos, que la mejor comida se come en casa de la abuela y que no hay brazos que me reconforten más que los de mi mamá.

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