El socialismo está de vuelta. Se encuentra en Estados Unidos con Bernie Sanders, Reino Unido con el marxista Jeremy Corbin, podemos hablar en España y en Latinoamérica, ni hablar.
Sin embargo, ¿por qué sigue de moda si siempre fracasa? El economista Ludwig Von Mises explica en su libro “socialismo”: La información que necesitan los empresarios es de naturaleza subjetiva, privativa, dispersa y cambiante. Así, es el proceso empresarial el que descubre esta información y luego la plasma en señales como los precios que son relaciones históricas de intercambio en la cual se cierra un trato, sin función empresarial sin libres intercambios esta información no se puede crear y transmitir.
Los socialistas proponen la existencia de un órgano director que organice y coordine la sociedad desde arriba, usando la coacción para ser más efectivo. Aunque, como ya se ha visto resulta imposible, ya que el órgano director no podrá hacerse con la información necesaria para dar un contenido coordinador.
El economista Jesús huerta de Soto lo detalla en cuatro argumentos:
- El volumen de datos que necesita el órgano director es tan grande que es imposible que éste lo pueda manejar.
- La información del Mercado que necesita es subjetiva, dispersa en la mente de todos los individuos y tácita.
- La información se va creando y modificando en cada instante.
- El ejercicio de la coacción impide que el proceso empresarial descubra y cree la información necesaria para coordinar la sociedad.
Veámoslo con un ejemplo. Imaginemos que ahora la producción de leche ahora será socializada:
- El volumen de información necesaria para que el estado pueda dirigir exitosamente la producción de leche es imposible de gestionar se debería de analizar caso por caso a los millones de habitantes.
- Esta información no es absoluta y unívoca.
- La demanda de la leche se va modificando y creando constantemente para poder planificar la producción se necesitaría información que ni existe.
- El estado que ahora tiene el monopolio impide que se descubra la información necesaria para que la planificación de su producción sea posible. Por eso es imposible el socialismo.
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