Alejandro Fitzmaurice, exdirector editorial, revela los errores más comunes que realizan los medios y reporteros hoy en día, el perfil ideal de un periodista y la clave para mejorar la práctica de la profesión.
Nadie es perfecto, aunque se hagan bien las cosas en muchos periódicos, siempre van a existir ciertas cuestiones que son tareas pendientes, comentó Alejandro Fitzmaurice, profesor y periodista, en entrevista realizada en días pasados con la finalidad de descubrir los defectos y errores más comunes del periodismo.
“El principal error de los medios y de los reporteros es el desconocimiento […], el machismo, la falta de referentes y de interés. También hay muchos descuidos en la estructuras, en la ortografía de las notas, entre otras cosas”, expuso.
El también escritor y docente de la Universidad Anáhuac Mayab, compartió que aunque el medio tiene gente muy valiosa y ejemplar, como Héctor de Mauléon o Sabina Berman, desafortunadamente hay otros con rasgos no tan positivos.
“Deben ser mujeres y hombres sensibles, profundos conocedores de la ética y de los límites de libertad de expresión, con gran conocimiento de investigación, informados. Deben ser grandes lectores, que sigan las noticias, con gran formación e interés literaria y sobre lo que ocurre a su alrededor”, expresó.
Recordó a los medios y periodistas enfocar su compromiso exclusivamente a sus lectores y a la sociedad, para así, denotar una diferencia. A su vez, Fitzmaurice Cahluni los invitó a dar un salto de calidad, trabajando con pluralidad y escuchando las voces de su audiencia.
“A medida que un periódico se abre más a las voces críticas y duras de sus lectores, es a la medida en que un periódico mejora”, afirmó.
Finalmente, destacó la importancia de tener una constante capacitación, así como enfocarse en sus códigos de ética, en su autorregulación, en el desarrollo de una investigación rápida y veraz. Todo esto para poder progresar en este ámbito profesional.
“Hay que vincularnos, academia y medios de comunicación. Como periodistas, podemos seguir aprendiendo —de la academia— las nuevas reflexiones para replantearnos aspectos legales y éticos […]. Podemos hacer un puente y lograr un ganar-ganar para ambas instituciones”, propuso.