Las hijas de Abril… ¿Vale la pena?

Las hijas de Abril… ¿Vale la pena?

¿Por dónde puedo empezar? Simplemente no tengo palabras para describir esta gran película. Ya había conocido al director Michel Franco por Nuevo Orden, y gracias a “Las hijas de Abril” me di cuenta que el estilo de este director es muy fuerte, atrevido e interesante.

Al principio no quería ver la película, me parecía demasiado aburrida con solo oír el nombre, pero al final la terminé viendo y terminé con mi boca abierta. No debí hablar antes de tiempo: una obra espectacular.

Me gustó demasiado, llamé a mis amigos y les dije que la viéramos ese mismo día y así fue. De verdad “No juzgues a un libro por su portada”, pero en este caso «película».

Quedé impactado con la historia, al principio el director te hace pensar que el filme se va a tratar de una forma, pero, al final resulta algo inimaginable.

Desde que inicia la película nos muestran a Valeria, una chica quien vive con su hermana Clara en una casa en Puerto Vallarta. Valeria es presentada como una chica quien está embarazada de Mateo y ambos tienen muchas ganas de tener a su hijo. Todo tiene un giro cuando la madre de ellas (Abril) llega a la casa.

Literalmente, son dos películas en una, en la que los personajes toman decisiones que una persona normal no haría. El director, a su vez, nos muestra a los personajes como seres viles, despreciables, capaces de cometer cualquier acto bajo: obra maestra que nadie se puede perder. 

Las actuaciones son de 10. En serio, sí me creo todo lo que veo, nunca había observado actores mexicanos que interpreten a un personaje de manera tan real: juro que no están actuando. 

En cuanto a la trama, uno sí se la cree, debido a que los temas abordados en la película sí pueden suceder en la vida real.

En conclusión, es una película que nadie se puede perder. Las actuaciones, la trama, la dirección, la fotografía, todo en esta obra maestra es perfecto, ya es una de mis películas favoritas y creo que aunque pasen los años nunca dejará de serlo.

Columna desarrollada por estudiantes de la Escuela de Comunicación y Empresas de Entretenimiento de la Universidad Anáhuac Mayab en el marco de la asignatura «Narrativa Literaria».

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