Era un rancho peculiar
sin vacas o burros por mirar,
pues, si algo tenía de especial
es que había muchos instrumentos que tocar.
Estaba a las afueras de la ciudad
dentro del bosque y su infinidad
con mi banda musical,
hicimos nuestras canciones brillar.
Seis días permanecimos en el lugar,
seis canciones teníamos en total
con nuestro productor y su gran habilidad,
no queríamos que este viaje llegara a su final.
La amistad que se creó era imposible de quebrantar
pues esta experiencia única teníamos que celebrar.
A Christian y a su equipo no queríamos dejar,
pues, es un hogar que no queríamos extrañar.
Lo que no pareció cesar
eran nuestras ganas de regresar,
pues, en ese rancho peculiar
era un privilegio poder estar.
Columna desarrollada por estudiantes de la Escuela de Comunicación y Empresas de Entretenimiento de la Universidad Anáhuac Mayab en el marco de la asignatura «Narrativa Litereraria».
¡Wow! fue bastante sencillo de leer y eso lo digo desde un punto de vista positivo. Me agradó mucho.