Eran las 11 de la mañana y todo el grupo estaba yendo al Encuentro de Realizadores Mexicanos para escuchar las diversas opiniones acerca del cine en México que nos tenían preparado aquellos directores que este año lanzaron sus películas.
Éstos eran Michel Franco (Después de Lucía), Fernando Eimbcke (Temporada de patos), Gaz Alazraki (Nosotros los nobles), José Luis Valle (Workers), Rita Basulto (Lluvia en los ojos) y Eugenio Derbez (No se aceptan devoluciones), siendo este último la «carta fuerte» de dicha actividad.
Muchos del grupo hablaban acerca de la participación del comediante mexicano en dicho encuentro que sólo iba a a ser «un show más de Derbez» , mientras otros sólo contemplaban los paisajes que la ciudad de Morelia nos mostraba.
Llegamos al lugar y entramos para ganar lugares y no estar parados durante el coloquio. Las mujeres del grupo llenaron las primeras filas de la sala con el pretexto de tener cerca a Derbez. Los demás ocupamos los lugares que se encontraban vacíos.
Empezaron a salir los realizadores, pero obviamente, el más esperado fue Derbez, quien recibió una gran ovación del público (femenino sobretodo).
Jean-Christophe Berjon, integrante de la embajada de Francia en México, fue el moderador y dio inicio al debate de los realizadores.
Hubo un debate muy interesante entre Alazraki y Valle, debido a sus opuestas opiniones acerca del cine en nuestro país y las oportunidades que se les brinda a los cineastas que recién empiezan.
Eimbcke, el más experimentado de los realizadores, tuvo que tomar el puesto de árbitro, mientras reforzaba o criticaba las opiniones de los demás.
Derbez se limitaba a contestar lo que le preguntaba el público y de una forma muy humilde, aceptó que tenía cierto amor al cine.
Al terminar dicho debate, la gente salió corriendo esperando al comediante televisivo, mientras unos compañeros y yo fuimos por un poco de «bebida revitalizante», puesto que ya eran la 1 de la tarde y había que pasar por «unas chelas».
Estando ahí, se oía el griterío de la gente apenas salió Derbez y la inconformidad de ‘Quique’ no se hizo esperar y esbozó una onomatopeya de la cual era muy obvia su molestia ante la actitud de la gente.
En eso, José Valle apareció enfrente de nosotros, y le preguntamos si se podía tomar una foto con nosotros, una pequeña ironía al suceso pasado.
Aceptó de forma casi inmediata y nos dijo: «¿Están cheleando?». Nosotros asentimos pues era algo obvio que eso estábamos haciendo.
Luego de unas chelas y algunas fotos, nos regresamos al hotel para ir a comer.