En esta frase resumiría lo que fue la final de ayer y aunque el resultado global terminó siendo un 5-1, lo demostrado en la cancha fue otra cosa.
Ganó el equipo que metió el balón. Así de simple.
El León tuvo tres oportunidades claras de gol durante el partido de vuelta y las metió; en cambio, el cuadro azulcrema tuvo varias ocasiones en las que tuvo la oportunidad de irse arriba en el marcador -lo que le hubiese dado un ritmo diferente al partido-, cosa que no supo aprovechar.
Después de que en el partido de ida el América no supo aprovechar las jugadas que tuvo, Miguel Herrera hizo dos cambios de manera «ofensiva» donde ingresaron Luis Mendoza en lugar de Osvaldo Martínez y Narciso Mina en lugar de Luis G. Rey, todo esto, para tener una mayor profundidad con Mendoza y «mayor contundencia» con Mina. Este último podría considerarse el gran villano, por tener al menos cuatro oportunidades de gol que no pudo concretar.
El paraguayo Osvaldo Martínez comentó acerca del partido: “Creo que en los dos encuentros se notó esto, la falta de contundencia y eso se vio reflejado en el marcador, no nos dejó contentos. En el primer tiempo si metemos esas tres que tuvimos hubieran cambiado las cosas”.
Así, Miguel Herrera se despide de el equipo de Coapa, con cuatro torneos dirigidos, donde obtuvo: dos terceros lugares, cuatro semifinales, dos finales y un título.