Por Aldo Aguirre Pérez de León
Japón, como su historia nos muestra, se ha recuperado rápidamente de cualquier acontecimiento desfavorable ya sean ataques nucleares, terremotos o crisis económicas. Japón en los ochentas y noventas sufrió, por la llamada Década Perdida, una crisis en el precio de los bienes raíces y la caída de los índices bursátiles y de la que salió avante a principios de este milenio. Pero esta estabilidad duró poco a causa de la crisis económica y financiera desencadenada en 2008 que repercutió en una caída del 6.3% de su PIB [1]; muy parecida en sus causas a la crisis que sufrió en la década perdida.
Después de 40 años como la segunda economía más grande del mundo, a pesar de las constantes crisis que la aquejaban, en enero de este año Japón se vio relegado en el puesto por China que tuvo un PIB nominal mayor al nipón. China creció 10.3% en 2010 mientras que Japón un 3.9%. Este bajo crecimiento se debió principalmente a la caída de las exportaciones por un Yen fuerte frente a otras divisas y la caída del consumo interno que representa el 60% del PIB japonés. La catástrofe estaba por suceder.
Fue justo en el momento en que las proyecciones de la economía de Japón se tornaban positivas para este 2011 cuando el 11 de marzo un terremoto de 9 grados en la escala de Ritcher y un tsunami con olas de hasta 10 metros, arrasaron el noreste de Japón. Este terremoto desencadenó una serie de situaciones de alto riesgo principalmente por la explosión del reactor 1, 2 y 3 de la central nuclear de Fukushima. El gobierno local estimó que el costo del sismo sin incluir la crisis nuclear ascendió a 310 mil millones de dólares.
La industria japonesa se vio afectada por los cortes a la electricidad, los daños a las vías de comunicación y el paro en las cadenas de producción. Como tercera economía mundial una situación de esta magnitud afectó no solo al mercado interno sino también al abastecimiento de los mercados internacionales. Kazumasa Oguro, macroeconomista en la Universidad de Hitotsubashi en Tokio dijo “La tendencia económica a largo plazo, fundamentalmente, no cambio; la tendencia antes de esta catástrofe era la de un deterioro económico [2].” El PIB del primer trimestre del año (Enero-marzo) se contrajo un 3.7% producto de la paralización de las actividades. Fue el segundo trimestre con una contracción del PIB, lo que significa técnicamente que Japón entró en una recesión económica.
Según la Oficina de Estadísticas de Japón, en marzo de este año 170,000 empleos fueron perdidos, esto en gran medida al desalojo provocado por el terremoto y la crisis nuclear además del desempleo temporal de miles a consecuencia del cierre de las plantas de producción. Las exportaciones japonesas se dividen principalmente en 5 rubros: Maquinaria y equipo de transporte (61%); Combustibles minerales (3%); Químicos (10%); Ropa y juguetes (12%) y bienes manufacturados (13%). Sin duda las consecuencias del terremoto perjudicaron en mayor medida a las exportaciones en estos cinco rubros, que en marzo de este año fueron de $72, 485, 905,583 millones dólares un 2.3% menor respecto al mismo periodo del año anterior. La caída más dramática vino en el mes de abril cuando las exportaciones totales fueron de 67, 760, 195,599 millones de dólares, 12.5% menor a lo registrado en abril de 2010 [3]. Por otro lado las importaciones se mantuvieron con un crecimiento moderado en marzo, aumentando 12% a tasa interanual pero su balanza superavitaria se vio reducida notablemente. Ya con el impacto de los efectos producidos por el terremoto, la balanza comercial de Japón en abril fue deficitaria, la caída de las exportaciones y el aumento de las importaciones para cubrir la demanda interna fue la causa [3]. Hiromichi Shirikaw, economista en el Credit Suisse en Tokio escribió en una investigación “Llevara tiempo a las exportaciones recuperarse y llegar a sus niveles de antes del sismo ya que los suministros y la electricidad escasean en estos momentos y obstaculizan los trabajos para restablecer la producción.”
Las exportaciones de vehículos representan el 10% de las exportaciones totales de Japón que cayeron un 22.1% a causa de los cortes en la producción de marcas como Toyota y Honda. Toyota una vez restablecida la producción tuvo que empezar a operar al 50% de su capacidad. Esto preocupa a la empresa porque la mitad de los coches que vende en el mundo son producidos en Japón. Pero no solo las automotrices locales han sufrido las consecuencias del terremoto. Hitachi tuvo que cerrar su fábrica de sensores MAF (Usados para medir la cantidad de aire que ingresa en el motor de un vehículo) en el norte de Tokio. Como consecuencia de esto y de que Hitachi abastece el 60% de la demanda mundial de esta autoparte, General Motors tuvo que cerrar a finales de marzo una planta en Louisiana y Peugeot se vio en la necesidad de disminuir su producción de automóviles.
Otra industria afectada y que está ligada a la industria automotriz es la del acero. Los precios de este metal pudieron verse envueltos en volatilidad sin embargo las economías mundiales aun no demandan los volúmenes previos a la crisis lo que significa que con la oferta que existe se pueden cubrir las necesidades globales. La producción de acero en Japón en abril de este año fue de 8.4 millones de toneladas métricas un 6.3% inferior al mismo mes del año 2010. Sin embargo si se compara la producción de este primer cuatrimestre con el de 2010 notaremos que tuvo un crecimiento del 1.8% [4]. Un volumen ligeramente superior al del año pasado lo que nos dice que si bien el mes de abril tuvo un baja considerable por el cierre de algunas plantas, los primeros dos meses fueron mejores que el año anterior.
Pero el panorama no luce tan desalentador, al menos para los macroeconomistas que han estudiando los grandes desastres alrededor del mundo en la última década y han encontrado que las economías más desarrolladas tienen una reconstrucción más rápida. La peor parte ya paso, ahora lo que el gobierno hará será aumentar su gasto público en infraestructura el cual tendrá que ser muy bien administrado y gastado. Actualmente Japón tiene un nivel de endeudamiento del 210% de su PIB. Por último tendrá que promover la inversión privada que genere los empleos necesarios. Así sucedió hace 16 años cuando la ciudad portuaria de Kobe fue sacudida por un sismo de 6.9 grados destruyendo más de 100,000 edificios. Para sorpresa de todos Kobe recupero sus niveles de producción de antes del sismo en poco más de un año. Así sucedió también en Hiroshima y Nagasaki. El pueblo japonés esta acostumbrados a salir adelante.
Referencias.
[1] http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/reo/2011/eur/ereo0511exs.pdf
[3]http://www.stat.go.jp/english/data/roudou/154.ht http://www.stat.go.jp/english/19.htm#Note2 http://www.customs.go.jp/toukei/shinbun/trade-st_e/2011/201104ce.xml
http://www.customs.go.jp/toukei/shinbun/trade-st_e/2011/201103de.xml