Por: Gerardo Aram Correa Baeza
“El silencio es la condena del culpable, la cobardía del ajeno y la respuesta del ignorante”
Una noche de 1968 murieron no solo seres humanos, acabaron esperanzas, sueños, cambios e inspiraciones. El gobierno silenció el ruido de un cambio social. En el 68, México tuvo sus primeras olimpiadas y era la oportunidad que tenía para demostrar al mundo que un país subdesarrollado podía llevar a cabo un gran evento.
En tiempos de crisis con protestas juveniles el gobierno decidió crear “el batallón Olimpia”, para garantizar la seguridad de los juegos olímpicos y después se convertiría en un grupo de choque para mantener la protesta social y atacar el movimiento estudiantil. Los jóvenes no se detuvieron se armaron de valor para seguir luchando contra el régimen autoritario del PRI. Cuando la autoridad sintió estar siendo amenazada, decidió recurrir al exterminio de aquellos héroes, y qué mejor salida que la violencia ¿no?.
Nunca se pensó que el gabinete de “El chango” Díaz Ordaz fuera tan criminal como para hacer tal tragedia. México no ocasionó esto, fue el gobierno del PRI en ese entonces. Un día muy doloroso para muchas familias, estudiantes y maestros. Lo único que hizo el gobierno fue infundir miedo, aplastar, callar con armas y generar conformismo.
La masacre fue gravísima. Nosotros decidimos quién gobierna y quién no. Festejos por la Independencia y la Revolución no borrarán esa dolorosa pérdida. Empero la ignorancia en muchos sigue igual, parece ser que los verdaderos jóvenes murieron ese día y los de ahora están abstraídos por tonterías; eso fue un delito del Estado, el gobierno le teme al cambio; a la verdadera democracia, pero ¡Viva México! ¿no?.
Me decepciona saber que la revolución intelectual tal vez nunca llegue y la impunidad es un hábito. Me costa que muchos jóvenes no somos ignorantes, solo nos falta valentía y no para luchar sino para hacer de México lo que representa su bandera; como mexicanos que somos la única manera de lograr algo por nuestro futuro es la cultura. Hablo por muchos cuando digo que estaré orgulloso de decir ¡Viva a México! cuando deje una marca en mi país, un cambio positivo y sea una inspiración para las nuevas generaciones.
México lindo y querido.
Crear cultura, no ser parte de ella. Buen artículo!