El pasado domingo 25 de abril se llevó a cabo la 93ª edición de los Óscar, la premiación cinematográfica más reconocida del año, una noche que siempre ha sido vista por cinéfilos de todo el mundo.
Es un evento donde se califica a lo mejor del cine, la diferencia recae en que es llevado a cabo en una época diferente, debido a que la pandemia obligó a la industria a adaptarse.
Sin embargo, un informe publicado por la agencia Nielsen al día siguiente del magnoevento reveló que la audiencia se desplomó con 9,850 puntos de audiencia: la edición de los Óscar con peor raiting en su historia.
El informe reveló que se registró una cifra de televidentes con un porcentaje de 58% menos, comparado con la premiación del año pasado.
Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar revelando que la opinión pública era que la premiación había sido:
- Una noche aburrida.
- Demasiado simple.
- Y que todos los cambios habían sido para peor.
Cabe señalar que, el desinterés comenzó desde la polémica decisión de retirar a un conductor para liderar el evento, cuando en el 2018 al actor Kevin Hart se le negó la participación por unos tweets polémicos publicados tiempo atrás en su cuenta. La academia considero que eso daría mala imagen a los premios.
El público opina que la premiación solo está ajustándose a una agenda política, lo cual hace que pierda credibilidad.
