El viernes pasado estudiantes y profesionales de la comunicación, tuvieron la oportunidad de asistir, a través de zoom, a una Master Class con el Dr. en educación Paulo Ranieri, de la Universidad Presbiteriana Mackenzie. En esta plática, “Periodistas e influencers, rivales, aliados o espejos”, habló sobre el fenómeno de periodistas comportándose como influencers y viceversa.
Ranieri mencionaba que en los últimos años se ha visto un auge en la popularidad de los influencers. Estos son personas que tienen un gran alcance en las redes sociales y lo utilizan para difundir información para promocionar a empresas, productos, servicios, ideas, etc. Estos mismos tienen una fuerte influencia en sus seguidores hasta el punto de impactar en sus opiniones o en el consumo.
Los nuevos «Influencers»
Durante la sesión, mencionó personajes famosos que en un inicio no tenían el fin de ser influenciadores, pero al crecer en sus redes sociales, la gente empezó a considerarlos como unos. En Brasil, los casos más populares son Neymar y Anitta, que además de sus roles artísticos y deportivos, ahora también son influyentes en aspectos ajenos a su ámbito profesional.
Estos casos, podrían convertirse algunas veces en un riesgo, ya que son artistas que muchas veces asumen roles de periodistas. “Se están ocupando cada vez más del mercado de la información” mencionó Paulo en su clase. El problema de esto, es que muchas veces no cuentan con la formación ética o el conocimiento o información necesaria para tomar este rol.
La línea entre información y entretenimiento
Por otro lado, también analizó la otra cara de la mano. Advirtió que también estamos tratando con periodistas que se están comportando como influencers, que con sus capacidades y su formación de periodistas. Su manera de comunicar se ha vuelto menos formal y están relatando la información de la forma en que lo haría un influencer. A pesar de hacerlo para buscar conectar con su audiencia, esto puede cruzar un poco la línea entre información y entretenimiento.
Ranieri menciona que para que haya un buen balance, ambos lados deben saber cómo manejar las plataformas, que son de las cosas más importantes en la comunicación. Los influencers deben preocuparse por dar credibilidad y asegurarse de que lo que están diciendo sea verídico. Generar más dinero, tener más fama o seguir una estética no es lo relevante. Los periodistas también deben saber cómo manejar el equilibrio en tener auge, pero sin perder sus lineamientos éticos que hacen su labor lo que es.
