La estética en escena musical contemporánea, visual es tan poderosa como la voz. Hoy, artistas como Kali Uchis han convertido el color en un lenguaje propio, en un elemento que no solo acompaña la música, sino que también cuenta historias, despierta emociones y construye identidad.

La cantante colombo-estadounidense ha sabido llevar la colorimetría más allá de la moda, transformándola en un sello narrativo. Aplicándola a cada uno de sus looks, videoclips y presentaciones en vivo. Diseñando un cuadro en que los tonos transmiten un estado emocional preciso.
En su álbum Orquídeas (2024), los tonos violetas evocan misticismo y sensualidad. Con una estética floral que conecta directamente con la feminidad y la naturaleza. En contraste, con los Billboard Music Awards, donde vistió rojos intensos, proyectando dramatismo y poder. Mientras que en los Grammy 2022, apostó por una paleta cálida que transmitía elegancia.
El animal print, otro de sus recursos recurrentes, refleja sensualidad y atrevimiento. Así, como se vio en los MTV Miaw y en los más recientes Grammy 2025. Incluso en colaboraciones de moda, como su participación con H&M Studio, destacando la elegancia latinoamericana inspirada en María Félix.
Lo que diferencia a Kali Uchis es que no se limita a “usar” colores: los convierte en símbolos. El rojo habla de fuerza, el terracota de pertenencia, los florales de un universo espiritual y femenino. Su paleta cromática construye una mezcla de sensualidad, herencia y autenticidad.
En un panorama donde la estética define tanto como el sonido, Kali Uchis demuestra que el color también canta.