Si somos sinceros, hoy en día todavía muchas personas no podemos o sabemos decir no.
Una amiga hace tiempo me decía: «me choca que invitas a alguien a tal lado y te responden: ‘a lo mejor voy’, a lo mejor siempre es no, porque no sólo te dicen ‘no, gracias’ ” lo que me hizo pensar qué tan fácil sería la vida así. Ni te desgastas por andar inventando una excusa ni prometes lo que no vas a cumplir.
El no, en circunstancias extremas, se vuelve una cosa horrorosa, por lo menos así fue para mí en la historia de ‘la Güera’ que les voy a contar:
Resulta que ‘la Güera’, buena amiga mía, un día me dijo que ya era novia del sujeto horroroso que la pretendía, (que es horroroso porque el tipín es feo por fuera y por dentro) así que obviamente lo primero que le dije fue: «¿Porqué le dijiste que sí?» Y lo peor fue su respuesta: «No pude decirle que no.»
¡Se la voló! Tenía ganas de ahorcarla (ok no tanto así) la buena fue que después de una semana, lo cortó. Claro porque si el destino no quiere no va a pasar, pero bueno ese es otro tema del que probablemente hablaré después.
¡Ánimo que mañana es viernes!
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