Desde que somos pequeñas nos acostumbramos a pintarnos las uñas. Con el tiempo, vamos experimentando qué colores nos quedan bien y cuáles no. Somos amantes de cambiar de colores, diseños y técnicas de pintar nuestras uñas.
Si bien el tener las uñas pintadas nos hace sentir con una personalidad y más seguras de nosotras mismas, es necesario que tus manos tengas los cuidados para que de verdad puedas sentirte bella. Realmente lo importante no es el color, sino tener un buen manicure y que esté completo. Muchas veces nos quitamos un esmalte e instantáneamente queremos aplicar el siguiente y esto no se debe hacer. Las uñas necesitan respirar de dos a tres días sin esmalte alguno para que puedan mantener el color natural y no ponerse amarillentas.
Al empezar a pintar tus uñas, aplica primero una base de esmalte transparente para que el color no se impregne y dure más. Después aplica el color que decidas dando una ligera aplicación, dejando secar para luego poner una segunda capa y así tener un color parejo en cada uña.
Por favor, nunca dejes que el esmalte se quite por sí solo. Es desagradable ver pequeñas partes de pintura en tu uña como si fuera animal print que poco a poco va muriendo. Si decides que ya no quieres ese color, quítalo con acetona, pero no dejes que se vaya descarapelando y luego lo quites tú con tus propias manos. Recuerda que tus uñas se maltratan fácilmente.
Somos libres de hacer y deshacer lo que queramos en nuestras uñas. Sólo debemos darnos cuenta que nuestras manos son nuestra presentación. No te permitas andar por la vida con los dedos manchados de esmalte, ya que, por muy ocupadas que estemos, siempre podremos relajarnos o hacer un espacio para tener las manos impecables.