El color cumple un papel fundamental en todo diseño. Cada color tiene diferente asociación y proyectan cosas muy diferentes.
Por ejemplo, el color rojo proyecta emociones fuertes, estimula el apetito, es pasional e intenso, mientras que el color azul se asocia con agua y paz, calma y serenidad, disminuye el apetito e incrementa la productividad.
También existen grupos de colores, un ejemplo son los colores cálidos y fríos. Los colores cálidos son los rojos, naranjas, amarillos, los cuales provocan sensación de alegría, actividad, movimiento, calor. Crean ambientes acogedores y disminuye visualmente el espacio en habitaciones grandes. Mientras que los colores fríos, que son los azules, verdes y violetas, producen una acción relajante y un efecto de retroceso, generando sensaciones de distanciamiento, reposo y calma. En lugares como habitaciones, estos tonos agrandan el lugar.
De esta manera, todos los colores tienen algún efecto en las personas, muchas veces de manera subconsciente.
Por esta razón, el diseñador debe ser sumamente cuidadoso a la hora de escoger paletas de colores, ya que de esto depende mucho el resultado del diseño. Ahora bien el color es uno de los elementos básicos, pero no es el único. El color no puede competir con los otros elementos sino que complementarlos para reforzar el concepto.