Guillermina Bravo nació en Chacaltianguis, Querétaro el 13 de noviembre de 1920.
El mundo de la danza sufrió una pérdida lamentable después de la muerte de la talentosa coreógrafa y bailarina Guillermina Bravo. El ícono de la danza contemporánea mexicana precursora de proyectos como el Colegio Nacional de Danza Contemporánea y el Centro Nacional de Danza Contemporánea, se desligó de la vida a los 92 años, el día 7 de noviembre, con una larga trayectoria en el mundo de la danza.
Guillermina Bravo se ganó el respeto y admiración dentro del ámbito artístico gracias a sus exigencias y el rigor con el que trataba su carrera y a sus alumnos, dándole a la danza el lugar que merecía y siendo la inspiración para estudios e investigación de sus técnicas y vida.
Juan Hernández, crítico de danza, habló acerca de su trabajo de esta manera: “Fue la única figura de la cultura nacional que mantuvo una actividad constante en la danza por casi un siglo. El siglo XX le pertenece a Guillermina Bravo. Su gran proeza fue mantenerse activa porque le importaba la profesionalización de la danza. Ella se dio cuenta de que la danza se hacía más por intuición que por un conocimiento de lo que es la danza en sí misma, con un lenguaje propio a partir del movimiento del cuerpo, así que cambió esa realidad e introdujo en México la técnica Graham, con la cual formó a muchas generaciones de bailarines que le dieron vida al posterior movimiento de danza contemporánea en México”.
Bellas Artes y el Centro Nacional de Danza Contemporánea de Querétaro celebrarán, en próximas fechas, diferentes homenaje a este magnífico personaje de la danza nacional.
Fuente de la imagen: Proceso
