Continúa siendo el narcotráfico una pesadilla mexicana

Continúa siendo el narcotráfico una pesadilla mexicana

Han ocurrido más de 16,000 asesinatos relacionados con el narcotráfico en los últimos tres años, los policías justifican que no analizan estos casos porque “deducen” que simplemente son criminales matando a otros criminales por la misma implicación a las drogas y la guerra entre cárteles.

¿Cómo olvidar cuando el ex presidente Calderón declaró la guerra a las mafias de narcotraficantes y desplegó a 50,000 soldados y policías federales en todos los puntos estratégicos del país? Este suceso disparó la violencia pero el gobierno sólo defendió su política.

El 78% del Producto Interno Bruto de la economía legal ha sido infiltrado por el narcotráfico. Desde entonces, incontables cantidades de mexicanos han pagado con sus vidas.

Las ganacias del tráfico de drogas se lavan en la economía de las regiones, así como su infraestructura se filtra en las profundidades de la estructura social; México vive una profunda recesión ya que el 40% de las personas del país siguen viviendo en la pobreza, por lo consecuente, para muchos, el tráfico de drogas se convierte en una opción muy atractiva.

Lo que no puede perderse de vista son las estadísticas arrojadas de Estados Unidos como el país con mayor número de adictos, por lo tanto y sin mucho rodeo, los hechos presentes son más claros que el agua: Estados Unidos expone a México como uno de los países más peligrosos por el narcotráfico, sin embargo hay más de dos millones de presos en EE.UU. por crímenes relacionados con narcóticos. Mientras que en México se han atrapado a varias cabezas de cárteles, en Estados Unidos con todo y sus sofisticados sistemas sólo han podido atrapar a dos.

Desde esta perspectiva se debe considerar que la solución para erradicar el narcotráfico no será únicamente la legalización de la marihuana, o alguna otra droga, ya que esto dispararía actividades delictivas ya existentes -como el tráfico de órganos, la trata de blancas, etc.- que suplirían la pérdida de mercado e ingresos de los capos, por lo que medidas adicionales como crear más fuentes de empleo, mejorar la calidad de la educación y ordenar el control fiscal de los grandes capitales nacionales será una solución real a esta desafortunada realidad.

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