Si algún día llegara a la cima, sin duda diría que no hubo ocasión en la que no haya pensado echarlo todo por la borda, no conozco a nadie a quien no le haya pasado tan sólo alguna vez por la cabeza.
La desmotivación es un problema que se presenta mucho en mi vida, sin embargo, hago una lucha constante por tener más razones para estar motivada aunque considero completamente parte del ser humano tener altas y bajas, de otra forma sería como estar muertos.
Para mí, tener éxito en la vida significa llegar a ser feliz, no tiene que ver con puestos laborales, aunque siempre generamos una expectativa acerca de ello, pero ser exitoso realmente es ser feliz haciendo lo que sea que hagas, desde barrer las banquetas hasta ser director de una empresa. Y lo más importante no es cuántos logros tengas sino las personas que tienes alrededor para compartirlos.
Las personas confunden a menudo estar contento con estar feliz, la primera es sólo un estado de ánimo y la segunda es un estado de vida. ¡Qué magnífico sería que el día que nos toque partir podamos decir que fuimos felices!
A veces somos demasiado estrictos con nosotros mismos y no comprendemos algo tan sencillo como que somos seres humanos, seres que se equivocan, dicen o hacen cosas que realmente no querían hacer o decir, nos arrepentimos, nos sentimos orgullosos, pensamos de una manera y en unos años nos damos cuenta que pensamos de una manera muy distinta. A veces no toleramos que alguien de menor edad a la de nosotros nos de un consejo porque creemos que todavía no sabe nada de la vida y a veces creemos que los consejos de los mayores son sermones. Tristemente, se nos olvida que la madurez no viene con los años sino con las experiencias.
Creo firmemente que los momentos de desmotivación y estar decaídos no debemos cambiarlos pero sí aprender a vivirlos con fortaleza y poco a poco volver a tomar el impulso para salir adelante. Debemos aprender a vivir los buenos y los malos momentos sin tomar decisiones radicales que nos afecten por tener nublado el panorama.